Fernando Romay

Cualquiera que conozca a Fernando, estoy seguro de que piensa lo mismo que yo. Que tío mas grande! Desde luego que lo es, pero no solo por sus 2,13 mts de estatura. Fernando es mucho mas grande como persona, un tipo de esos que te transmiten buen rollo desde la primera frase.
Como tengo por costumbre, siempre que las agendas nos lo permiten, he preferido quedar con Fernando para comer  antes de ponernos con las fotos y hemos elegido para ello el restaurante de nuestro comun amigo Cipri, mi cuartel general. Por el camino he tenido que avisarle de que me retraso retraso de unos minutillos, ya que voy un poco justo.
-No hay problema Pepe, me dice.
Aun así llego un poco antes que él lo que me permite descargar mis cosas en el lugar donde pretendo después hacerle la sesión y sentarme en una mesa a organizarme un poco. LLevo una mañana bastante liada y tengo que apuntarme en la agenda unas cuantas cosas, la memoria ya no me llega para tanto. Fernando aparece mientras estoy terminando de agendar lo ultimo, viene muy sonriente y ya me da buen feeling
-Pepe! Al final has llegado antes que yo.
-Ya ves, hoy no he pillado atasco.
Nos sentamos a la mesa y poco después también aparece Cipri, que se nos une y se queda a comer con nosotros. De la comida solo diré que, aparte de excelente como siempre, transcurre de manera cordial y animada entre otras cosas porque ellos dos son buenos amigos.
Terminada la comida y un poco de tertulia, me excuso y voy a preparar el plató para las fotos. Coloco un fondo negro, monto un par de flashes… o quizás mejor solo uno y un rebote de luz con un reflector. Repasando me doy cuenta de que con Fernando el fondo se me queda pequeño y la cabeza le va a sobresalir, mejor le siento en un taburete como en otras ocasiones, y así… Vaya! tampoco me vale, el taburete es demasiado bajo para él y va a parecer de juguete. A ver así?  dos taburetes, uno encima de otro. Lo pruebo yo primero y claro, me siento pero de puntillas, los pies no me apoyan bien en el suelo y eso produce una inestabilidad al conjunto que no me convence. Fernando aparece ya por la puerta en ese momento y le comento el asunto.
-Mira Fernando, te he puesto esto pero es que no me parece muy fiable, a ver si la vamos a liar.
-Nada, me dice Fernando. Mira! Se sienta y claro, él se apoya perfectamente y aun le sobra. Lo ves, no hay ningún problema me dice sonriendo.
Terminamos de ajustar alguna cosilla, medimos y empezamos, o mejor dicho seguimos charlando, porque nunca hemos parado de hablar. Pero eso si, nos liamos ya con las fotos. El sigue contandome anecdotas y proyectos, tenemos las olimpiadas a la vuelta de la esquina; a ver que tal nuestra selección de basket.
Que buena persona es este Fernando, pienso. Me sonrie sin esforzarse igual que cuando me saludó al llegar, hace solo un par de horas… Click!!

3 comentarios
  1. Agustín
    Agustín Dice:

    Que gran persona tanto como lo es el mismo, más gente como el se necesita en el mundo. Felicidades por la Fotografía.

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