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Raphael

Hay algo que me motiva aun mas de lo que ya de por si lo hace el  dedicarme al retrato fotográfico, y es el hecho de además poder practicarlo con personas que son historia viva, modelo de éxito y de trabajo, y que de una u otra manera forman parte de nuestros recuerdos. Ya son muchos los personajes que han pasado por delante de mi objetivo, pero todavía de vez en cuando aparece alguno que me hace despertar este sentimiento. Raphael es uno de ellos, y sus seguidores le son fieles de una manera casi religiosa. Este encuentro ha costado mucho mas tiempo de lo habitual, y mientras se gestaba tenia claro que fuera cual fuera la fecha y lugar, y salvo causa mayor, iba a dejar de lado todo lo que ese dia me ocupase, para no perder la preciada cita.
Hemos quedado en la productora que gestiona su trabajo RLM y hasta allí me desplazo con intención y convencido de que voy a volver con un buen retrato y por supuesto una muy grata experiencia. Una vez allí tengo tiempo de sobra para decidir donde preparar el set para la sesión, y tras un primer vistazo a varias salas que me proponen, me decido por un salón de reuniones en la primera planta ocupado en su mayor parte por una gran mesa que pretendo hacer a un lado en la medida de lo posible.
-Puedes mover lo que quieras, me dice Luis, que es quien me está acompañando, no hay problema. Manos a la obra pues, la movemos entre los dos.
He tenido tiempo sobrado de preparar, medir, cambiar de lugar, volver a medir, y hasta de tomar café, pero de repente escucho desde abajo una voz que avisa a todo el mundo «Rafael entrando» Bueno, pues a prepararnos todos.
No es lo que yo hubiera querido, me hubiera gustado mas tiempo previo pero no lo hay, así que todo esa interacción que tan bien me viene para preparar el terreno y para pensar la mejor manera de encarar la sesión debo sustituirlo por improvisación, pero por supuesto ese reto tambien es un aliciente.
Tras unos minutos con él, Raphael me parece encantador y enseguida da pié a una conversación cercana que llevada con tranquilidad me propicia varias buenas tomas, tiene mucha soltura y no le importa la presencia de mi cámara tan cerca. Yo como siempre, no disparo al azar no me gusta llevarme cientos de fotos que luego no me valen para nada, sino que disparo como siempre cuando veo la ocasión y entre disparos, hablo y escucho.
Ahora comentando alguno de los inolvidables momentos de su carrera, como cuando actuó junto al gran Tom Jones, me sonríe sincero, ya lo hizo antes y no le capturé como quería, pero esta vez si!

Pablo Ibáñez (El Hombre de Negro)

Hace falta tener talento y carisma para mantener vivo y de actualidad un personaje por mas de diez años. La historia del nacimiento de este carismático hombre de negro es trabajo e ingenio, hasta que un día sin quererlo trabajando en el lugar y momento oportuno, el gran Pablo Motos se fija en él y desde ese momento le convierte en una pieza indispensable de su quehacer diario, algo que no debe ser fácil dado el nivel de exigencia que supongo a Pablo, el Motos, en todo lo que se refiera a trabajo. Tengo ganas de enfrentarme al temible Hombre de Negro, pero claro en mi terreno, no de otra manera, en un plató y con mi cámara por medio.

En los preliminares y al tiempo que voy preparando el terreno tanto material como en ambiente, hablamos de nuestras cosas mientras me tomo un café al que no me acompaña. Aquí me queda claro que detrás de los cristales ahumados y apariencia de hombre duro e implacable del personaje está Pablo, una persona encantadora y grande de corazón ademas de por su altura. También valoro la forma de salvar algo que para mi es un inconveniente, no tengo una pieza clave en todos mis retratos ya que no le veo los ojos.

Hago un intento sutil, pero no funciona, su personaje no permite que esto ocurra y esto implica aparecer siempre tapado con unas grandes gafas de sol.

-Pablo, no te fotografías sin gafas nunca?

-No, Pepe. Algún dia lo haré, pero ahora no

Contaba con ello, así que no prefiero no insistir mas y las gafas se quedan donde están. El tiempo y muchos retratos me han enseñado que a  los inconvenientes siempre hay que sacarles partido, y eso haremos, seguro.

Estamos en ROBISA, uno de los principales distribuidores de material fotográfico en España, donde por amistad nos han cedido su sala de meetings y plató para este encuentro. El sitio es perfecto, entre otras cosas porque así no he tenido que cargar a cuestas con todo mi equipo habitual, aquí hay de todo.

Mientras termino de iluminar, charlo con Pablo de su vida aparte de personaje, y de fotografía, ya que es un gran y buen aficionado con una interesantísima selección de retratos de los personajes que por El Hormiguero han ido pasando durante estos años. Hoy tenemos prisa y no da tiempo a mucho mas, tiene otra cosa en agenda en menos de una hora. Otro dia, sin cámara y sin luces seguro que encontramos el momento de retomar la conversación y hablar de lo que nos apetezca.

Ya estamos a punto, pero antes de empezar decido bajarle un poco sentándolo en una mesa, para tenerle a mi altura y crear ese tu a tu con el espectador. Me decanto por el fondo blanco para contrastar con su indumentaria siempre de negro y busco la forma inclinando un poco su gesto de no reflejar de manera molesta las luces de los flashes en los espejos de las gafa.  Tras algunos disparos intento insertar algo de fuerza ya que no tengo la mirada, con el gesto de mostrar un puño a la altura de la cara.

Creo que si, lo tenemos.

Antonio-Medina_foto-pepe-castro

Antonio Medina

Hace unos dias tuve la suerte de asistir a una entretenida cena a la que acudía mucha gente de la farándula y en la que me reencontré con algunos que habían pasado ya por mi fotográfico punto de mira. En la mesa coincidimos entre otros, Antonio del Real, Luis Varela, Pepe Carabias, Javier Elorrieta, Pepe Ruiz, y… Antonio Medina, al que hasta esa tarde no tenia el placer de conocer personalmente. Evidentemente iba a ser mi próximo objetivo en este afán de recopilar y coleccionar caras de la cultura de mi tiempo. Y esta es una cara que desde luego no pasa desapercibida, es uno de los «clásicos»
Así pues, en el transcurso de la velada quedamos para charlar y comer ya solos, unos días mas tarde, cita que por supuesto daría paso a la obligada sesión fotográfica posterior.
Dias después durante la comida, no puedo evitar fijarme en las posibilidades que me va a brindar Antonio en cuanto al retrato. Su cara es muy expresiva cuando habla, y una peculiar sonrisa burlona ilumina el final de muchas de sus frases. Realmente estoy deseando encender los flashes e iluminarle.
La tertulia que sigue se hace muy amena e instructiva, sobre todo porque hablamos de cine, y de eso Antonio sabe. Me hace multitud de referencias a películas y cuenta infinidad de anécdotas vividas con muchos de los grandes de su tiempo, algunos ya desaparecidos. Me encanta escucharle.
Por fin me toca a mi el turno, y en el apartado acordado con el restaurante, preparo mi equipo. Antonio, mientras tanto, se tumba en uno de los bancos con cojines y dedica estos escasos 15 minutos a una fugaz siesta.
Aun a pesar de los años que lleva poniendose delante de cámaras y espectadores, cuando le llamo para empezar, me confiesa cierto reparo a la cámara fija; como tantos otros compañeros, le digo. Pero no te preocupes, y déjame a mi el peso de la sesión, que esto es mi trabajo.
En cuanto empezamos veo como su reparo se disipa a cada disparo y poco a poco vuelve la naturalidad.  Ahora aparte del veterano actor veo al Antonio que ha charlado conmigo hace unos minutos en la mesa, y su sonrisa…  ClicK!

Alberto-Chicote_foto-pepe-castro

Alberto Chicote

Alberto Chicote (foto pepe castro)

Soy de los que piensan que el tiempo coloca a cada uno en su sitio, y en consecuencia creo que el éxito es, salvo en contadas ocasiones, un compendio de esfuerzo, saber hacer y tiempo empleado en todo ello.
Chicote ha sido para mi una grata sorpresa, y me ha demostrado con creces que su éxito es mas que merecido. Es una persona con las ideas muy claras, rápido de pensamientos y lo mejor… entrañablemente cercano.
Después de pasar unas horas con él, evidentemente no he aprendido nada de cocina,  pero me ha cautivado el entusiasmo con que habla de su profesión, y me siento identificado por el que yo pongo en mi trabajo, salvando por supuesto las distancias entre el genio y yo, que sigo buscando y aprendiendo en lo mio.
Durante el tiempo en que compartimos mesa, hablamos de varios asuntos, pero sobre todo de lo suyo, de cocina. Cipri, nuestro anfitrión se sienta con nosotros de vez en cuando, en los huecos que encuentra mientras atiende y dirige su negocio, y comparte con Alberto ideas y pensamientos culinarios. Yo entonces, escucho atento los secretos de los maestros.
Al terminar me dirijo a la sala del restaurante que suelo utilizar para montar el set, pero hoy está ocupada por un evento. No hay problema, justo al lado hay un pequeño rinconcito que me vá de perlas, solo tenemos que mover una mesa y tenemos espacio mas que suficiente para trabajar, ya lo he utilizado alguna que otra vez. Aprovecho tambien el respaldo de un sofá para que Alberto se siente y así termino de ajustar la luz, ya con él delante.
La sesión empieza como si no fuera tal. Tanto él como yo estamos tan agusto que no parece sino una sobremesa con fotos de por medio. Me encanta trabajar así, precisamente porque llegado este punto puedo sacar todo el jugo del retratado sin ninguna tensión
Disparo de vez en cuando mientras busco el gesto del Chicote simpático y campechano, el que me ha cautivado en la mesa, y… ClicK!

David Trueba

Multiinstrumentista de las letras y artes escénicas, David es el pequeño de una familia donde varios de los hermanos han tomado el camino de la imagen, creo que con gran acierto todos. A pesar de ser él el mas joven, tiene un extenso e interesante curriculum como director, guionista y como actor. También es periodista, ha publicado varias novelas y colabora diariamente con El Pais, desde hace ya alguna años. Realmente un personaje digno de conocer y retratar para mi galería, y si es posible aprender algo de él.
He quedado en visitarle una mañana de mucho frío en Madrid. Aparco a pocos metros de la casa y cargado solo con la mochila y un reflector toco el telefonillo. Me abre David, tras la puerta del jardin dejo mis primeros bultos y a traves del interfono le explico que vengo solo, por lo que me toca hacer otro viaje al coche para traer todo el equipo.
Entro directamente a un amplio salon, muy luminoso donde creo que  vamos a poder trabajar a gusto.
-Ubicate, Pepe donde quieras.
Hago un rápido reconocimiento del terreno buscando una pared libre que poder utilizar para el fondo y es junto a un gran ventanal, en una esquina del salón. Hay juguetes por el suelo, me encanta ver esos detalles de vida en una casa y me sonrío. David se dá cuenta y me habla de sus peques mientras recoge alguno de los juguetes. Mientras lo hace, me fijo en sus manos, cuidadas y de dedos largos, parecen de un pianista, mas que de un escritor. Intentaré aprovecharlo, pienso para mi.
Así mientras hablamos de sus cosas, voy preparando el escenario y conociendo mas de cerca a la persona «de verdad» que quiero retratar. Me resulta muy cercano cuando habla, con los mismos problemas y anhelos que cualquiera, me habla del esfuerzo y el riesgo que supone cualquier proyecto de autor en estos días. Acaba de presentar su última película. No ha ido mal, pero evidentemente, no son buenos tiempos. Ya lo se, le digo, estamos en diferentes camarotes, pero en el mismo barco.
Sentado ahora en una silla, yo frente a él en otra y detrás de la luz de un flash que le ilumina lateralmente, veo a David cómodo.
Bajo del todo la persiana y empezamos con algunos disparos, de manera muy sutil, muy pocos. Paro y seguimos hablando, sigo dando mas importancia a la conversación que a la cámara, creo que es mas cómodo para los dos. Saco algunas tomas bastante buenas de primerísimo plano, pero cuando se apoya sobre una de sus manos, puedo ver lo que antes aprecié en ellas y como la mirada no ha perdido nada de atención, aprovecho y… ClicK!!
Ahora, me invita a un café en la cocina, que acepto gustosamente.

Malena Alterio

Desde el salto que la llevo al reconocimiento masivo en Aqui no hay quien viva, creo que no ha parado de aparecer en películas, series y programas de televisión. Es una gran actriz y una mujer que cae simpática nada mas verla, o por lo menos a mi siempre me lo ha parecido. Tengo ganas de conocerla personalmente, sobre todo porque hemos gestionado este encuentro durante tanto tiempo, que ya no veo la hora de tenerla delante de mi objetivo. (Gracias Majós)
He quedado con Malena en su casa, en un céntrico barrio madrileño. Según voy acercándome al portal voy temiendome lo peor en cuanto al aparcamiento, es una zona realmente imposible para ello y además no encuentro ningún parking cercano.
Como llevo bastantes cosas, si no aparco cerca no se como lo voy a hacer.
Dos vueltas alrededor de la manzana y nada, que no hay manera. A la siguiente pasada me detengo un momento delante del portal y la llamo por teléfono.
-Malena, estoy aqui abajo, pero es que no hay manera de aparcar y traigo mucho equipaje. Me ayudas?
-Claro! Espera que bajo ahora mismo.
En apenas dos minutos Malena aparece en el portal y se ofrece a cuidar de mi equipo mientras yo regreso, ya sin carga, a la aventura del aparcamiento.
De regreso, ya en su casa, mientras voy preparando escenario y equipo, ella me ofrece algo de beber. Yo le acepto un té.
He tenido que desplazar algún mueble pero ha sido cosa de muy poco y en seguida tengo todo listo.
Antes de empezar, prefiero sentarme con ella en la mesa del salón a terminar el té mientras charlamos. Ella también se ha apuntado a lo del té
Nos ponemos manos a la obra unos minutos mas tarde. Ella está sentada afrente a mi. Yo también me siento y la observo un momento para comprobar que la luz me gusta. Está todo bien. No me levanto y desde allí mismo empiezo con algunas tomas cercanas, tiene muchos registros y en cada movimiento encuentro una buena foto.
Posa de manera muy desenvuelta aunque me confiesa cierta verguenza a la cámara de fotos.
Me alejo un poco y cojo una toma mas larga. Disparo algunas mas, me quedo sin batería y mientras la cambio ella se apoya sobre la pierna y me observa… me parece un encuadre genial cuando vuelvo a mirarla, el negro del pantalón justo en la esquina y la expresión como de curiosidad? resignación? La verdad, no le pregunto, pero creo que es la foto y… ClicK

Jose Maria Pou

Hoy voy a fotografiar a uno de esos actores que tanto me gustan y a los que denomino de «larga trayectoria». Prolífico e incansable trabajador de la escena desde hace creo que unos 45 años. Catalán con carácter, tanto, que es capaz de parar una representacion para recriminar la mala educación de algún espectador con el móvil encendido. Algo que debía empezar a sancionarse de alguna manera, porque sigue habiendo especímenes que parecen disfrutar molestando con el soniquete de su teléfonos.
He quedado con Jose Maria en la agencia fotográfica «Contacto», donde Miguel, su director, me deja un estupendo espacio para trabajar.
Yo he llegado media hora antes y me he preocupado de preparar el escenario, a falta tan solo de algún ajuste de luz que haré cuando le tenga delante.
Bajo de nuevo y me siento en un banco a esperar, ya casi es la hora. Jose Maria aparece puntual y me levanto a saludarle.
-Tenemos tiempo de un café, verdad?
-Claro, vamos.
Entramos en una pequeña cafetería que tenemos enfrente y dedicamos varios minutos a conocernos un poco, entre sorbo y sorbo del negro y aromático liquido. Me cuenta un poco de su ajetreada agenda pasada, presente y futura. Le escucho con atención y solo le interrumpo brevemente para lanzarle alguna otra pregunta.
Media hora después, decidimos que es el momento de subir y ponernos manos a la obra. Enciendo los flashes y observo el efecto, apago uno, muevo el otro. Ilumino cenital y frontalmente con un solo punto de luz.
Su cara me habla con la mirada y con cada una de sus arrugas. Le digo que prefiero los rostros marcados, como el suyo, y que no me gusta quitarles la personalidad retocandolos, asiente y me dice: hombre, claro! con lo que cuesta construir una cara que diga algo, no me lo vas a borrar ahora. Sonrio.
Disparo con Pou sentado, posando a escasos centímetros de mi cámara, consiguiendo unos planos muy expresivos y tremendamente descriptivos de su personalidad.
Después de unas tomas, mientras cambio de objetivo por uno mas largo, le pido que se levante para trabajar ahora de pié. Yo me agacho para contrapicar un poco la toma, él acerca la mano al objetivo, como si quisiera cogerlo… y Click.

Javier Krahe

Cantautor de referencia para muchos dentro y fuera de la profesión. Poeta, irreverente y mordaz. De aspecto quijotesco, aunque poco dado a las fatigas caballerescas ya que según él mismo dice, prefiere emplear sus energías en vivir sin trabajar.
Voy repasando en el coche, alguna de sus canciones mientras me dirijo a la cita con él. Llegando al portal empiezo el reconocimiento y búsqueda de aparcamiento, a poder ser, no lejano donde dejar el coche y transportar luego el equipo sin demasiado sufrimiento; es un dia de calor.
En la segunda vuelta encuentro sitio al lado del portal, muy justo, y delimitado por pivotes de hierro de esos que no puedes ver mientras aparcas. Dejo la huella fehaciente en el lateral de la puerta del copiloto y procedo a descargar el equipo, maldiciendo.
Me recibe en su casa sentado frente a una estantería llena de libros, películas y un televisor, donde está repasando una escena de una antigua película en blanco y negro, que ahora soy incapaz de recordar aunque durante unos minutos conversamos sobre ella.
En el salón, los muebles están ajustados al espacio, por lo que me resulta imposible encontrar un sitio donde montar sin tener que descolocarlos un poco. Le pido permiso para mover lo necesario y ponerme a trabajar.
-Claro Pepe, mueve lo que necesites
No tardo mucho en estar listo, mientras hablamos de cine y música. Antes de empezar con la sesión me enseña también un retrato en blanco y negro, de gran formato, que otro fotógrafo le hiciera hace ya tiempo.
Se sienta frente a mi y enciende un pequeño cigarro puro que me da cierta envidia. Me aguanto, ajusto la luz y empezamos la sesión.
Disparo despacio, dejando tiempo entre disparo y disparo y hablo con él en los intervalos. No posa sino que me observa y analiza aunque no me lo diga, o al menos esa es la sensación que percibo.
A traves del visor conectamos las miradas y veo al Krahe que quiero retratar. ClicK!!

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Pedro J. Ramirez

Hay personas que desempeñan su labor tan apasionadamente que no dejan a nadie indiferente. Pedro J pertenece este grupo de personas, apasionadas y seguras de su trabajo, que para bien o para mal cuentan con incondicionales seguidores y con críticos tan incondicionales como los otros. Mediático, carismatico, elocuente y audaz son adjetivos que le definen independientemente del bando desde el que se le mire.
Con la inestimable complicidad de mi amiga la periodista Esther Esteban, hemos conseguido hacerle un pequeño roto en su agenda diaria para ponerle delante de mi objetivo. Parece ser que voy a disponer de unos 5 minutos tras una reunión de la tarde. Intentaré que sean 10 una vez que estemos en el ajo.
Llego a El Mundo con mas tiempo del necesario, quiero tener la certeza de que todo está preparado al 100% cuando aparezca Pedro J, dado el poco tiempo que a priori voy a tener. Como tengo cita concertada, en control avisan de mi llegada y puedo aparcar dentro a escasos metros de la puerta principal. Menos mal, ya que voy bastante cargado para variar.
Cuando llego al mostrador de recepción, Isabel, su secre, ya está esperándome junto a la entrada. Me reconoce rápido supongo que por los trastos que acarreo y me hace señas para que pase.
Le sigo por la redacción mientras me indica que he llegado muy pronto y la reunión de Pedro J aun durará un rato. Lo sé, le contesto, no me importa, prefiero tenerlo todo listo.
En busca del sitio apropiado, Isabel me da algunas opciones y entre ellas decido quedarme con una sala de reuniones amplia y luminosa a escasos metros de su despacho. Preparo con toda tranquilidad y tengo tiempo al terminar incluso de sentarme y contestar unas cuantas llamadas pendientes.
LLega Pedro J. con su atuendo inconfundible y parece que bastante animado. Soy consciente de mis cinco minutos, mas espero que el tiempo de descuento, y como todo está preparado me pongo manos a la obra.
Sentado ahora frente a mi en la silla que le tengo preparada, mientras contesta a una llamada, voy pensando rápido en como encuadrar este retrato.
Desde luego quiero un plano cercano. Opto por un encuadre horizontal que incluya los hombros y deje asomar corbata y los identificativos tirantes. Encuadro y disparo varias veces.
Hablamos… disparo… pregunto… me contesta… disparo… y Pedro J sonríe, siempre sonríe…
Al final, casi 10 minutos… Click!!

Pedro-J_foto-pepe-castro

David Larible

Me gusta mucho mi profesión. Me apasiona ver un retrato terminado; ya el mismo click del obturador al disparar mi cámara me produce una agradable sensación. Pero si hay algo que por encima de todo me aporta este trabajo, si hay algo que me está haciendo crecer como persona y por que no, como artista, es la oportunidad de conocer y conversar con personas de tantísimo talento. Si, esto es realmente enriquecedor.
David está considerado como el mejor payaso del mundo, pero cuando le preguntas su opinion sobre ello, sonríe y muy tranquilo te dice… no, no existe el mejor payaso.
Gracias a Pere y Maria, del Teatro Circo Price he podido encontrarme con David y preparar esta sesión. Hemos pensado que lo mejor seria hacer esto justo antes de su actuación ya que suele terminar bastante cansado.
Llegando al Price llamo a Maria que ya me está esperando junto al parking para ayudarme a llegar hasta el lugar donde montaremos el set. Me han reservado un camerino cercano al de Larible para ello, me explica por el camino.
Para subir a la planta donde están los camerinos montamos en un ascensor donde coincidimos con David que acaba de llegar. En el pequeño habitáculo hacemos las presentaciones y ya me pregunta que como prefiero fotografiarle. Con el maquillaje de payaso, le contesto.
-OK, Pepe pues mientras vas preparando tu equipo, yo me voy maquillando.
Aun falta una hora para el show, pero no podemos entretenernos o se nos hará tarde, así que manos a la obra.
En quince minutos estoy listo para empezar, Maria avisa a David y éste aparece enseguida ya caracterizado. Corrijo un poco la iluminación con David sentado bajo los flashes y empezamos a trabajar
Nada mas mirar por el visor me doy cuenta de que este va a ser uno de mis retratos favoritos. David transmite algo que no estoy seguro de poder transmitir a la vez con mi fotografía. Hablamos, o mejor dicho, le voy preguntando todo lo que se me ocurre, pero como no hay mucho tiempo quedamos para tomar un café y charlar después de show.
Con mucha tranquilidad David me va regalando expresiones, yo voy pensando lo mucho que me va a costar decidirme solo por una.
Tiene una expresión algo infantil… muy tierna, de payaso, de artista… ClicK