Coque Malla

Ya ha llovido desde que allá por los años 80 Los Ronaldos aparecieran cantando aquello de  “Si os vais no volváis”
A mi como a muchos efervescentes y afortunados consumidores de La famosa “Movida” me enganchó desde el primer momento el descaro de este y del resto de temas, todos muy frescos y guitarreros de estos cuatro músicos de aspecto aniñado y rebelde; y como no, la voz asonante de su cantante, Coque Malla.
Traspasada aquella época de Ronaldos, Coque sin haber dejado nunca de trabajar sigue en activo, y su música como él mismo ha cambiado, aunque en cierto modo mantiene la esencia primigenia del grupo con el que arrancó su carrera.

Ha llovido, si, y ahora después de tanto tiempo voy a tener el placer de trabajar con él aunque de momento solo sea por esta tarde.

Hemos quedado para ello en el estudio de mi amigo Juanjo, en Kanau Foto, y allí en la puerta le estoy esperando a la hora pactada. Estoy siguiendo en directo su trayecto hasta el estudio gracias a la aplicación de Uber, ya está cerca pero parece que no termina de llegar.
Después de unas cuantas vueltas del conductor que me da la impresión de estar un poco despistado, aparece por fin junto a Macarena, su mujer que viene acompañándole, y tras las presentaciones de rigor casi al momento Coque me confiesa que ahora mismo estando en plena promo de su nuevo disco ¿Revolución? y con tantas idas, venidas, conciertos y entrevistas, está un poco desubicado. Le entiendo, son demasiadas horas de viajes, conciertos y sesiones.

El trabajo para mi entonces empieza aquí y ahora, ya que antes que nada debo conseguir relajar un poco el ambiente previo y por supuesto dejarle ver que lo de hoy va a ser mucho más sencillo y menos largo de lo que parece esperar, ya que un poco preocupado me acaba de preguntar que cuánto tiempo le voy a tener ocupado.

-No te preocupes Coque, que la sesión será ágil y entretenida, ya verás.

Para no ir derechos al trabajo y entrar en calor les propongo tomar primero un café en el bar de al lado. La propuesta es aprobada por unanimidad, y allí con las bebidas calientes rebajando el frío y ayudando como relajantes, tenemos los minutos necesarios para conversar, ver algunas fotos e incluso proponerle otro proyecto en el que me gustaría que participara, pero por supuesto mas adelante, cuando acabe la locura en la que ahora está inmerso. 

Ahora si, ya podemos entrar al estudio donde Aser, mi asistente y Juanjo están ya trabajando poniendo en marcha los equipos. Mientras entre los tres acabamos de prepararlo todo, Coque y Macarena charlan de sus cosas en una esquina del estudio, hasta que muy poco después  puedo decirles, estamos listos!

Empezamos a trabajar manteniendo viva la conversación para seguir con la comunicación abierta y que todo surja de manera natural. Disparo varias veces al principio, probando diferentes encuadres hasta que voy centrándome un poco mas en el resultado.
Ahora parece que todo va tomando forma y lo que va quedando registrado tiene fuerza, con un Coque mucho mas entregado que en los primeros minutos.
-Menos mal que no me dices que sonria, me dice en un momento de la sesión.

-Nunca lo hago, Coque. Nada me parece mas antinatural que una sonrisa forzada, prefiero que surja… si es que surje. 

Además sinceramente, me gusta bastante la manera descarada en que está mirando a cámara durante toda la sesión, una mirada que sigue transmitiendo la imagen de rebeldia importada desde sus primeros discos… y sus primeras fotos. Así debemos seguir.
Con el brazo ahora por delante rompiendo la monotonía del cuadro veo una imagen que me gusta bastante, me agacho un poco para levantar la perspectiva y… lo tenemos