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Pedro Reyes

Recuerdo la primera vez que vi en televisión a Pedro Reyes en aquel novedoso programa que fue La Bola de Cristal, donde junto a otro loco llamado Pablo Carbonell practicaban un humor realmente nuevo, extraño, absurdo y desquiciante. Desde entonces ha llovido y Pedro ha seguido dándole al humor marca de la casa y desarrollando otras facetas como actor, escritor e incluso director de cine.
Me ha costado trabajo encontrar el momento del año para venir a Valencia, pero ahora voy a aprovechar que he quedado con Pedro para descansar un par de días y de paso visitar allí a mi amigo Diego Fortea.
Con Pedro he quedado el ultimo día de mi visita a la ciudad en el hotel ACE Valencia, donde muy amablemente nos han cedido un espacio para poder trabajar en la sesión fotográfica.
Estoy sentado en el hall esperando a mi amigo Diego, cuando recibo la llamada de Pedro con un problemilla de ultima hora. ¡No puede venir hasta aquí!
No quiero marcharme sin este retrato así que rápidamente cambio mis planes, -vamos nosotros allí, le digo.
En cuanto llega Diego nos ponemos en marcha en dirección a una urbanización cercana a Valencia pero nada fácil de localizar. Hemos tenido que parar varias veces a preguntar y por fin tras unos pinchos de tortilla y algunas cañas, en un bar del camino, nos dan la pista buena.
Pedro nos recibe, de andar por casa, con un viejo y cómodo jersey de trabajo, se acaban de mudar y está todavía colocando y acoplando muebles. A mi me parece perfecto; me gusta retratar a la gente en su salsa.También nos saluda Lilo, un Boston Terrier que se acerca curioso a olisquearnos.
-Mira como estoy Pepe, me acabo de mudar y está todo… a ver donde te acoplas.
-No hay problema, ya verás.
Me ubico rápidamente, empiezo a preparar el fondo y la iluminación cuando llega a casa Gemma. Ella también es artista, enseguida hace migas con Diego y charlotean mientras yo hablando con Pedro termino de preparar el escenario.
Con todo listo, Pedro y yo nos ponemos a trabajar, Diego observa curioso, Gemma preparara algo de picoteo y Lilo nos espera a todos cerca de la bandeja.
Después de unos disparos, aparece una sonrisa y un brillo en los ojos que me recuerda al Pedro de los ochenta… Click!!

Christian Galvez

Talento, creo que es el adjetivo que mejor define a Christian Galvez. Lo demuestra, el que a pesar de su juventud tenga ya una extensa y diversa carrera como actor (cine, televisión y teatro), como escritor y como presentador de varios programas de televisión. Entre estos últimos, tiene el gran mérito de aguantar sobre su espalda y en primera linea de audiencia, si no me equivoco, casi 6 años del concurso Pasapalabra. Esto en los días que corren de feroz lucha por las cifras de audiencia, me parece casi milagroso.
Ademas de ese carisma tan dinámico y extrovertido con que habitualmente le vemos mientras trabaja como presentador, he podido en esta cita, descubrir en Christian a una persona serena, metódica y tremendamente ordenada. Me ha dejado también gratamente sorprendido su faceta de apasionado coleccionista y la de estudioso admirador de Leonardo Davinci, de la que me ha quedado la sensación de estar frente a una autoridad en el tema.
He visitado a Christian y Almudena en su casa, disfrutando esa tarde de su hospitalidad, de la simpática sonrisa de Almudena y de la cafetera de ambos con un fantástico café especialidad de la casa. He estado retratando a Almudena primero, y ahora, habiendo también accedido amablemente a mi demanda, Christian se sienta frente a los flashes en el lugar que le deja libre su mujer.
Antes durante la sesión con Almudena ya he tenido algún problema con el disparador, y ahora durante el tiempo que estoy con Christian, se está convirtiendo en un verdadero martirio. En tres de cada cuatro disparos no consigo hacer saltar los flashes; estoy perdiéndome algunas muy buenas tomas y es desesperante. Ademas no quiero ni debo cansar con mis problemas técnicos a mi anfitrión y ahora modelo. Ya sabeis lo que me gusta transmitir sensación de serenidad en muchos de mis retratos, y se me están escapando con gran pena muchos de estos buenos momentos. Christian, no obstante, se lo toma con calma, me anima y consuela con una próxima sesión si fuera necesario. Seguimos así entre tomas falsas durante algunos minutos hasta que la tecnología dice adiós y ya no es posible continuar.
Tendré que confiar en que entre las tomas que llevo haya una que transmita, pero hasta que llegue al estudio, descargue y revise no estaré tranquilo.
Hasta el dia después no he repasado los archivos. Con la primera sesión, la de Almudena… muy contento; Ahora repaso los ficheros de Christian y…
Parece que si, que tengo lo que busco. Una penetrante pero serena mirada directa al espectador. ClicK!!!

-Makin-of 

Juan Luis Cano

Alguien dijo una vez hace ya tiempo, que parado en un semáforo se podía saber quien dentro del coche estaba escuchando el programa de radio «Gomaespuma» observando las caras de los conductores. Confieso que yo mismo hice la prueba y era cierto.
Juan Luis Cano y Guillermo Fesser han sido el duo radiofónico mas ingenioso e hilarante de los últimos treinta años. También son los fundadores y motores de la fundación que lleva su nombre.
He quedado con Juan Luis a ultima hora de la mañana en su casa, para poder fotografiarle, después de ya varios intentos fracasados. Esta vez Mabi me ha ayudado a gestionar la cita y por fin las agendas han sido capaces de coincidir.
He llegado algo pronto, unos minutos antes de la hora acordada. Antes de descargar nada del coche llamo al timbre por si acaso, para comprobar si está en casa. No hay nadie aún; bueno, la culpa es mía por haberme adelantado. Pongo un sms avisandole de que estoy aqui y espero pacientemente.
-Pepe voy de camino. Estoy alli en 15 minutos, que se me ha liado la mañana. Me contesta al momento.
No tarda mucho en aparecer un coche del que aparece la cara de Juan Luis y un brazo que se alarga a través de la ventanilla para saludarme. Me invita a pasar algo agitado aun por toda una mañana complicada y las prisas de ahora. Va a ser una sesión express, yo he quedado a comer en la otra punta de Madrid y a el le toca hoy preparar la comida de los suyos que deben estar a punto de llegar.
Voy montando mi equipo en el salón mientras Juan Luis empieza con los quehaceres culinarios acompañado de un buen vino del que me hace participe. Seguimos hablando a través de la puerta de la cocina, sin vernos, afanados cada uno en nuestros preparativos. Esto va a ser divertido, yo corriendo porque tengo prisa y él también. A ver que sale.
Ya lo tengo todo listo. Juan Luis se sienta a caballo en una de las sillas del salón y es capaz de dedicarme unos valiosos minutos en los que me habla, porque yo se lo pido, sobre sus actividades diarias ahora en solitario. La verdad es una mente como la suya no para de inventar y producir, y por lo que me cuenta, no para.
Es un tipo realmente interesante y aunque hemos quedado para comer otro dia juntos, me queda el mal sabor de boca de no haber podido hoy pasar mas tiempo con él. Pero el retrato…
Me lo llevo. ClicK !!!

Millan Salcedo

Cada vez que pienso en Millán no puedo evitar sonreír y recordar alguno de los sketchs, que junto a Josema Yuste y bajo el nombre de Martes y Trece, nos tuvieron muertos de risa durante unos cuantos años.
Hace ya mucho de aquello y ahora cada uno sigue su carrera por separado, pero lo que uno vive de joven es difícil de olvidar y no puedo evitar recordarlos juntos. Sería como ver a Paul McCartney en un escenario y no acordarme inmediatamente de Los Beatles. Si, ya sé, son tiempos pasados pero no puedo evitarlo.
Ahora Millán centra sus energías en los escenarios de los teatros que tanto le gustan con la misma chispa de entonces, y es que es un gran artista y un grandísimo cómico por dentro y por fuera.
Voy en el coche camino de la oficina de su manager, donde hemos quedado, y no puedo evitar ir pensando en todo esto, sonriendo, sin darme cuenta recordando aquellos gags.
Subo cargado de bártulos y en la oficina me recibe simpatiquísima Aurelie, que avisada ya de mi llegada en seguida me ubica en un despacho donde poder descargar y preparar el plató antes de que llegue Millan.
Cuando aparece todavía estoy montando, pero se queda conmigo curioseando y preguntando por algún que otro aspecto técnico fotográfico al tiempo que me da un par de opciones de vestuario.
-Mira Pepe tengo 2 camisas, y que te parece, con o sin tirantes?
-Me parece bien la opción de esta camisa y los tirantes.
Después del pequeño cambio de look y con mi equipo ya a punto, podemos empezar la sesión de fotos. Seguimos hablando de varias cosas, pero yo ya mas preocupado de mi trabajo, enfocar y disparar en el momento oportuno, aunque siempre atento a todo lo que me cuenta sobre próximos trabajos.
Con Millán delante, los momentos para disparar son muchos, no para de hablar y de dedicarme casi sin querer varios de los muchos gestos y muecas de su cosecha. Me cuesta decidirme, pero me gusta tanto, cuando la mirada es intensa y directa a la cámara…
Como esta, ClicK!

Carlos Sobera

Todos interpretamos a diario un personaje. Es algo muy sutil, algo que nos sale de manera natural cuando nos preguntan, cuando nos observan e incluso cuando nosotros mismos nos miramos frente a un espejo. Si! nos miramos y nos acomodamos para vernos… como nos gusta vernos, es nuestro personaje.
Pues bien; como siempre la excepción confirma la regla y ya he conocido algunas honrosas excepciones, como es el caso. Toda esa simpatía, todos esos gestos, toda esa espontaneidad que vemos en Carlos cuando está realizando su trabajo delante de las cámaras, no forman parte de un personaje previamente estudiado. No, ese es Carlos Sobera, tal cual.
Hemos tenido la oportunidad de comer juntos en Palé, el restaurante de nuestro común y buen amigo Cipri para relajarnos y conocernos antes de ponernos con las fotos y me ha hecho falta muy poco tiempo para darme cuenta de que iba a resultar una sesión fotográfica muy interesante.
En un apartado del restaurante después de comer, Rafa, mi ayudante, ha preparado el plató para que podamos liarnos cuanto antes. Asi que poco después de terminarnos un café nos trasladamos de sala.
Tengo a Carlos de pié delante de mi mientras termino de ajustar y medir la luz. Durante la comida hemos mantenido una conversación en la que me hablaba entre otras cosas de un inminente viaje por Sudamérica, y ahora retomo el asunto, ya que me habla de tomar cientos de fotografías para documentarlo, y eso me interesa mucho.
Mientras seguimos con la charla, empiezo a hacer alguna toma. Carlos me dedica su atención  y alguno de sus característicos y televisivos gestos. Me gusta cuando frunce el ceño de manera simpática por algo que le he dicho y es entonces cuando… ClicK!!

 

 

 

-Makin-of

Jose Coronado

Siempre me ha fascinado esta profesión. No, no me refiero a la mía, que por supuesto también, sino a la de actor. De hecho aunque solo sea por quitarme esa espinita no me importaría hacer alguna vez un cameo en una peli y ver como resulta. Desde luego no debe ser nada fácil ser actor, menos ser uno bueno y menos aun triunfar como tal. Quizás por eso siento tanta admiración cuando trato con alguno de ellos.
En España sobra decir que Jose Coronado es uno de los actores mas grandes que tenemos, y hoy… hoy voy a sentirme un poco como un director de cine, al tenerle delante del objetivo de mi Hassel.
Llevaba ya mucho tiempo detrás de esta cita tratando con Majós, su repre, pero no conseguiamos cuadrar una fecha, primero por el éxito y la promo de «No habrá paz para los Malvados» y luego por el rodaje de otra nueva película «El Cuerpo».
Al fin, después de mucho tiempo parece que lo hemos conseguido, Majós me ha llamado proponiendome una fecha.
-Creo que podemos hacerlo a final de año en casa de Jose, ahora estamos mas tranquilos, me dice Majós, aunque yo no podré estar ese día con vosotros.
-OK, por mi perfecto, le contesto.
Cuando llego días despues, al primero que conozco es a Lilo, un pequeño perrito que me olisquea curioso. Jose está frente al ordenador y enseguida se levanta para recibirme.
-Pues acoplate donde quieras, Pepe. Queréis tomar algo?
-Gracias Jose. Yo si puede ser, si que me tomo un cafetito
Elijo un espacio junto a un gran ventanal donde podemos montar sin tener que mover casi nada. Nos lleva unos 15 minutos tenerlo todo listo. Mientras tanto Jose sigue en el salón enfrascado frente al ordenador, así que le aviso de nuestra disposición.
-Yo ya lo tengo todo. Cuando quieras empezamos.
-Claro! vamos
He colocado un pub para que se siente en una posición mas baja que la de una silla, creo que va a dar un aire mas informal a la postura. Yo estoy frente a él terminando de ajustar los flashes mientras conversamos de todo y nada, y Lilo a un lado vigilante de que todo esté en orden.
Hago algunos disparos mientras seguimos charlando de muy buen rollo. Yo ya sabia del carácter y trato amable de Jose por referencias de su amigo Urbizu y ahora lo compruebo por mi mismo.
En un alarde de valentía, Lilo se mete en el pequeño plató y se acurruca entre los pies de de su amo que le hace un hueco, justo debajo de sus manos… ClicK!!

 

 

 

 

Makin-Of de la sesion de fotos

Alvaro de Luna

Hay algunos nombres que al escucharlos tienen en mi el efecto de una maquina del tiempo. Nombres a los que asocio alguno de los personajes que de niño conseguían que me sentase en el suelo delante del televisor, con los cinco sentidos alerta, para disfrutar de un nuevo episodio de la serie que tocara. Personajes hoy ya de larga trayectoria profesional y a los que cariñosamente enmarco en el capítulo de «mis entrañables».
Ha pasado mucho tiempo desde que Alvaro y sus compañeros, Sancho Gracia y Pepe Sancho, fueran los encargados de encandilarme con las serranas aventuras del bandolero Curro Jimenez. Que vueltas da la vida! quien me iba a decir  que años después otro de los héroes de mi niñez iba a estar un día a mi fotográfica disposición.
Alvaro de Luna me ha invitado a su casa, hoy va a posar para mi. Por el camino voy repasando mentalmente alguna de las escenas de aquella famosa serie y que anoche recordé después de buscar en la caja de Pandora de los vídeos (Youtube). Hay que ver! con la cantidad de retratos que llevo a cuestas y todavía me emociono cuando voy camino de hacer uno nuevo. Parezco un chiquillo… pero no me importa.
LLego a su casa y despues de llamar pego la oreja al telefonillo para oír su timbre de voz… me hace ilusión. Nadie contesta, lo intento de nuevo y tampoco recibo respuesta. Y si se le ha olvidado y no está en casa? Le llamo al móvil y ahora si.
-Si?
-Alvaro? Soy Pepe, estoy llamando a tu puerta, pero no hay nadie.
-Si, si estoy, ya bajo, perdona estaba estudiando en mi despacho y aquí no oigo nada.
Entramos a su salon a traves de la cocina. Un salon cálido y ordenado con algunos objetos que llaman mi atención entre los que destaco una colección de bastones o una pipa artesanal que reposa encima de una mesa de cristal.
-Busca el sitio que quieras Pepe, me dice.
Lo tengo claro, así que pongo a Rafa manos a la obra con el montaje y yo aprovecho unos preciosos minutos, imprescindibles para mi, para charlar con él sentados en el sofá. Allí consigo que me cuente cosas, que se exprese, que sonria, que me mire, en fin voy tomando algunas referencias para mi. Cuando le pregunto por la pipa que tengo delante me cuenta una curiosa historia que forma parte de sus cinematográficas memorias. Demasiado larga para ponerla aquí.
Rafa termina y siento a Alvaro delante de mi para terminar de ajustar la luz. Está muy tranquilo sentado en una mecedora mirandome y esperando mis indicaciones… Me coloco frente a él con mi cámara, encuadro, enfoco…
-Que quieres que haga, Pepe?
Su cara es muy expresiva, tiene mucha fuerza
-Nada, le digo. Ya lo has hecho. Click!

-Makin-of

Almudena Cid

Una de las reflexiones que me hago de vez en cuando es si el éxito de las personas se debe a un talento con el que uno nace o es una cuestión de esfuerzo y sacrificio. Supongo que una mezcla de ambos que en unos casos llevará mas de un ingrediente y en otras mas del otro, pero creo que talento genético es esencial para destacar por encima de los demás. Si! es lo que pienso. El resto aunque nos esforcemos con toda nuestra alma y durante toda una vida no llegaremos nunca, como diría un amigo mío, al nivel uno.
Entre estas personas de nivel uno, están sin lugar a dudas los deportistas de élite. Talento y unas dosis sobrehumanas de esfuerzo son las que Almudena ha empleado para llegar a ser uno de nuestros máximos exponentes deportivos y 4 veces olímpica!! Actualmente retirada de la competición emplea su tiempo y esfuerzo en estudiar arte dramático.
Me ha invitado a su casa para poder hacerle este retrato y allí me presento como siempre cargado con mis enseres de fotógrafo peregrino. Tengo ya ganas de conocerla, llamo al timbre.
Almudena abre la puerta y me invita a pasar con una voz dulce que ya me cautiva. Entramos en un amplio salon elegante, moderno, espacioso y perfecto para montar mi equipo sin tener que molestar demasiado. Christian, su marido, está aquí liado con el portatil repasando algún asunto, pero enseguida se levanta a saludarme y ofrecerme un café capuccino especialidad de la casa, me dice. No puedo negarme, me encanta el café y lo degusto al tiempo que preparo el plató.
Ya tengo todo listo para que Almudena se coloque delante de mi camara. He utilizado para ella una de las sillas del salón que contrasta estupendamente con el fondo negro. Yo delante semiescondido detrás de un flash y con el café humeante a mi lado la observo y termino de ajustar la iluminación. La veo muy cómoda, con mucha soltura y muy sonriente, me encanta su sonrisa, pero tengo claro que no es eso lo que busco. Se mueve delante con aire de niña traviesa y me encanta, aprovecho enfoco y disparo algunas tomas.
Paro un momento y reviso el disparador que me está dando problemas mientras ella me habla con entusiasmo sobre su nuevo proyecto de diseño de pulseras ya apunto de salir a la venta.
Enfoco y disparo algunas veces mas buscando ahora un gesto sereno, buscando esa mirada que tanto me gusta en los retratos… Click!!

-Makin-of

Asuncion Balaguer

Detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer; o era al revés? No lo sé, pero en cualquier caso en esta ocasión el orden de los factores, desde luego, no altera nada el producto.
Asunción ha sido y es una gran mujer, una grandísima intérprete y ha estado sentimentalmente unida a otro de nuestros mas grandes iconos interpretativos, Paco Rabal: Mi Paco, como ella dice.
Yo no he tenido la suerte de llegar a conocerle personalmente, ya me hubiera gustado, ya.
He quedado con Asunción en su casa, en la sierra de Madrid. Hace frío hoy, mucho frío y al llegar incluso veo como unos tímidos copos de nieve se deshacen en el parabrisas de mi coche mientras aparco. Salgo, empiezo a descargar equipo junto a la puerta y llamo al timbre. Espero escuchar algún sonido de respuesta pero en vez de contestar Asuncion, que ya me estaba esperando, sale a recibirme y me invita a pasar.
-Pero mujer, como sales hasta aqui con el frio que hace y sin nada de abrigo?
-Me sonríe, me mira la cabeza y me dice. Pues tu Pepe, deberías ponerte una gorra. Mi Paco siempre llevaba una
-Si la tengo en el coche, pero… anda vamos para adentro y hablamos.
Entramos en la casa directos al salón donde respiro un ambiente que me gusta. Un bonito y viejo piano llama mi atención; era de mi madre me dice, le tengo mucho cariño, pero está desafinado. Lo compruebo, yo no sé tocar salvo unas notas, pero no me suenan…
Mientras Rafa vá preparandome el plató en el sitio que me ha parecido mas oportuno, yo aprovecho para hablar con Asunción y recorrer las paredes revisando algunos premios de reconocimiento a sus carreras. A mi Paco no le gustaba nada tenerlos a la vista, me dice, pero ahora he rescatado unos cuantos y los he puesto por aquí. Los repaso en silencio.
Cuando tengo todo listo se lo hago saber. Ya podemos empezar cuando ella esté lista.
-Estoy bien así, de negro? o me pongo otro suéter? Tengo uno mas clarito que me gusta mucho.
-Si te gusta, pontelo y empezamos.
Cojo una silla para ella y me pongo otra delante para mi, quiero estar cómodo y que ella se sienta igual
Sentada frente a mi sigue contestándome despacio a cualquier cosa que le pregunto, yo disfruto con ello y aprendo, siempre aprendo cosas.
Me mira… está jugando con el collar.
-Espera un momento Asuncion… Y la tengo… CLICK!!!

Makin-Of de la sesion de fotos

Christian Scott

Hay personas en todas las artes que nacen con un don y simplemente lo desarrollan a lo largo de su carrera. Christian es uno de esos genios precoces que la vida de vez en cuando libera, para deleite del resto, de nosotros, los mortales. Uno de los llamados grandes del Jazz
Ya le vi el año pasado en el escenario junto con otro grande, Marcus Miller, pero entonces no tuve la oportunidad de fotografiarle. Este año ha venido de nuevo a España durante el certamen de Jazz Madrid 2012 y esta vez si! Nos han concertado un fotográfico encuentro.
Actua por la tarde en la sala Clamores en el centro de Madrid hacia las 10 de la noche. Nosotros llegamos desde otro asunto, hacia las 8:30. Vamos a intentar dejar montado nuestro equipo y luego cenar algo antes de que llegue Christian.
Me preocupa un poco el montaje porque el camerino de Clamores es bastante pequeño y tampoco quiero molestar demasiado.
No tardo mucho en dejarlo todo medio preparado ocupando lo menos posible y cuando salgo Christian anda ya por aquí, le veo probando algo en el escenario y luego ir hacia el camerino con algo de comida entre las manos. Le abordo antes de que entre y le aviso de que los trastos que hay montados dentro son nuestros. Me responde que OK, sin problema, y que luego seguramente tendremos 5 minutos antes del show. Estupendo. Vamos a cenar por aqui cerca que ya hay ruidillos en el estomago.
Sabemos que el show tardará un poco en empezar, siempre se retrasa por lo menos 30 minutos, Veo de nuevo a Christian por la sala, me despisto un momento para decir algo a mi ayudante y cuando me doy cuenta le tengo a mi lado sonriente. Tenemos esos 5 minutos ahora, me dice. Estupendo! vamos allá.
En el camerino, casi no cabemos, tengo que retirar una mesa y dejar espacio suficiente para un flash y una silla frente a mi. Christian juguetea con un par de trompetas mientras mira como me afano por encajar todo en tan poco espacio. Bromeamos con este asunto chapurreando yo un pésimo ingles, pego mi espalda contra la pared contraria y encuentro el espacio justo.
Entre el poco espacio, el calor del flash y mi afan por mimetizarme con la pared, el sudor empieza a caer por mi frente. Encuadro a Christian entre los dos instrumentos, entonces el cambia su actitud y me mira fijamente. Es justo lo que busco… Click.