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Anthony Blake

Soy un gran aficionado a la magia. Hubo unos años en los que teniendo menos obligaciones que ahora, dediqué muchas horas a este precioso arte de enamorar los sentidos y desafiar a la lógica. Ahora, aunque no practique como antes, sigo siendo un gran espectador y admirador de los maestros, algunos de los cuales tengo el inmenso placer de conocer personalmente.
Dentro de este mundo mágico hay disciplinas varias, a cual mas complicada, y entre ellas está el misterioso arte del mentalismo del que Blake es, sin duda, su máximo representante en España; y aunque aqui no nos lo creamos, me atrevo a decir que uno de los mejores del mundo.
He conocido a Blake a través de otro grande, Jorge Blass, y le he convencido, bien es verdad que sin esfuerzo, para que forme parte de mis queridos retratados.
Quedamos para el previo a la sesión fotográfica alrededor de una buena mesa a la hora de comer. Esto es algo que me encanta, tanto por la gastronomía del restaurante de Cipri, como por el conocimiento que me procura del personaje y que nos prepara a ambos para la posterior tarea fotográfica. En este caso ademas de pasar un buen rato con la conversación, Blake me degusta con alguno de sus platos «mágicos» y me convierte en espectador privilegiado de algún numerito con cucharas y también adivinatorio con la calidad del maestro.
Ahora es mi turno de magia. Tras preparar el improvisado plató ajusto la iluminación ya con Blake delante, para darle el dramatismo que me sugiere la ocasión, y pocos minutos después estamos de lleno enfrascados en el trabajo.
La mirada de Blake es muy profunda, tiene fuerza y misterio, tiende una mano hacia la cámara, reencuadro para dejarla justo debajo de su rostro. Da la sensación de que la luz saliera proyectada de manera misteriosa y controlada desde la palma de su mano, iluminando lo justo, y entonces…  ClicK!!

Inma Chacón

Salvo lo que he oído sobre ella y sobre Dulce, sobre la novela La Princesa India y también sobre que fue finalista del premio Planeta 2011, no conozco a Inma. Solo tengo su teléfono y las referencias de sus amigas Gracia y Sole que me invitan a conocerla de cerca, y como no, a retratarla.
Llamo, no recuerdo que día ni a que hora, pero recuerdo un acento que al principio confundo, una voz amable y un tono paciente que tras contarle en pocas palabras por que la llamo, me contesta, Claro! Pepe, cuando quieras.
He quedado con Inma para comer. Una de las cosas que mas me gusta de mi trabajo como retratista y de trabajar con personas, es precisamente la oportunidad de que me dediquen aunque solo sea una vez, un poco de tiempo en sus vidas y poder cruzar directa e íntimamente unas palabras con ellos.
Me encanta estudiar sus gestos, escucharles y después dejarles plasmados en mi galería de momentos como yo creo que son. Aunque a veces me equivoque.
Hablamos largo rato de su carrera, por que yo le pregunto sobre ello. Ella me habla con franqueza y con una perenne y leve sonrisa en los labios. Me habla de su familia, de su niñez, su padre el poeta tempranamente desaparecido, la fortaleza de su madre y de su querida y cómplice Dulce.
Con cada uno de mis personajes, aprendo algo nuevo, pero sobre todo aprendo a escuchar y lo apasionante que puede ser la historia de cualquier persona cuando te la cuentan, aunque condensada, con sentimiento y cariño.
Tenemos los dos sendas citas para un poco mas tarde, así que, preparo mi equipo al terminar de comer sin entretenerme todo lo que me gustaría en la sobremesa.
Le he preparado una silla frente a mi, ya con luz medida y listo para empezar. Inma se sienta y se apoya sobre el respaldo. Ahora mientras disparo mi cámara soy yo el que habla. Inma escucha y observa con curiosidad. En su gesto dibuja aun esa leve sonrisa… perenne desde que la conozco hace unas horas.
Y una mirada tan dulce, como el nombre de su querida hermana.
Click!!

Lluis Homar

Su rostro recuerda en cierto modo a los galanes del cine clásico americano. Su tono de voz amable y su forma de modular, es uno de los que mas me convencen cuando interpreta a quien sea el personaje que le toque. Para mi desde hace tiempo, un actor de referencia al que creo que el tiempo acabará convirtiéndole en uno de nuestros actores de culto. También un grato descubrimiento a nivel personal, excelente interlocutor y muy grata compañía.
Tengo que recogerle junto al metro de Tribunal, en el madrileño barrio de Chamberí, a ultima hora de la mañana. Desde allí nos vamos juntos a comer, para dedicar un tiempo a conocernos antes de la pactada sesión fotográfica.
Comemos, charlamos y congeniamos durante un par de horas. Tiempo mas que necesario para descubrir un poco mas del carisma y sensibilidad de este hombre, que me engancha y embelesa mientras habla. Me cuenta entre otras cosas, que quizás hoy no es su mejor día para una sesión de fotos, aunque muy atento conmigo, parece que algunos problemas personales le mantienen con la cabeza ocupada. Yo le agradezco la atención y el tiempo que me dedica, pero le aviso de que eso que me señala, en un buen retrato, aparece.
Lo sé, los he visto y me arriesgo Pepe, me contesta sonriente.
Durante todo este tiempo de conversación he estado pensando en como iluminar esa cara tan expresiva, tan cinematográfica. Decido utilizar una clásica iluminacion Paramounth o de mariposa, la misma que se solía utilizar en los retratos de las estrellas del cine de aquellos famosos estudios, de la que toma el nombre y que da mucho carácter al retrato. Sé que es una iluminación un tanto delicada, pero creo que me lo pide la ocasión.
Despues de comer necesito unos minutos para montar el escenario e iluminar, en un apartado del mismo restaurante, Lluis me acompaña durante el proceso, cuando lo tengo todo listo se sienta frente a mi y mira hacia el objetivo. Disparo mi cámara unas cuantas veces y al principio siento que me cuesta un poco llegar a donde yo quiero. Mientras seguimos conversando disparo unas cuantas veces mas, buscando la intensidad y la complicidad de su mirada. Veo como me mira y me parece notar que aunque está conmigo, también sigue algo absorto en sus pensamientos.
Un retrato es un pedacito de la realidad y de las emociones de una persona, congeladas en el instante que dura un Click!!

Soledad Mallol

Estoy sentado frente al ordenador, escuchando un poco de jazz y pensando en que publicar hoy. Veo entre otras, la fotografía de Soledad al tiempo que hago memoria. Debe hacer… un par de meses, creo, que le hice este retrato, pero lo recuerdo perfectamente.
Antes de decidir nada, le mando un mensajito para avisarle de que voy a publicarlo y preguntar si está conforme
-Soledad, me gustaría publicar tu retrato esta semana en mi blog. Puedo?
-Yes, you can, me contesta por whatsapp.

Hemos quedado en Madrid, en el restaurante de mi amigo Cipri, para hacer esta sesión, y aprovechar al terminar, para cenar allí juntos. Normalmente suelo hacerlo al revés, pero por circunstancias no ha podido ser y desde luego no quiero renunciar a compartir una velada con esta gran artista.
He llegado con tiempo suficiente como para preparar, en un apartado, el pequeño set que utilizaré para la sesión y cuando ella llegue poder dedicar unos minutos a charlar  y explicarle brevemente como vamos a trabajar, y lo fácil que le va a resultar. Llega puntual, yo estoy casi listo pero aun me queda por montar un flash.
Mientras espera a que yo termine, le invito a que se siente en una mesita que tengo justo al lado y  pida algo fresco. Termino enseguida y me siento con ella apuntandome al refrigerio. Yo una tónica, que tengo que estar fino con la cámara.
Le he preparado un asiento frente a mi, en una posición un poco mas alta que la silla desde donde yo voy a trabajar y una iluminación muy suave, con poco contraste.
Cuando por fin decidimos ponernos manos a la obra, se sienta en el taburete y yo termino de ajustar la luz . Empiezo a disparar mientras ella con mucha soltura me dedica algunos simpáticos gestos.
No soy fotógrafo de largas sesiones. Aunque he leído que algunos de los grandes maestros de este género que mas admiro dedicaban horas para conseguir lo que buscaban, yo prefiero trabajar lento no disparar mucho, y no cansar a mi modelo. Me funciona bien así y consigo buenos resultados.
Seguimos con nuestra conversación mientras disparo mi cámara de vez en cuando. Durante un momento parece que me ofrece toda su simpatía en un gesto que no puedo desperdiciar… ClicK!
Ahora si, ahora a cenar y relajarnos.

Soledad-Mallol_foto-pepe-castro

Malena Alterio

Desde el salto que la llevo al reconocimiento masivo en Aqui no hay quien viva, creo que no ha parado de aparecer en películas, series y programas de televisión. Es una gran actriz y una mujer que cae simpática nada mas verla, o por lo menos a mi siempre me lo ha parecido. Tengo ganas de conocerla personalmente, sobre todo porque hemos gestionado este encuentro durante tanto tiempo, que ya no veo la hora de tenerla delante de mi objetivo. (Gracias Majós)
He quedado con Malena en su casa, en un céntrico barrio madrileño. Según voy acercándome al portal voy temiendome lo peor en cuanto al aparcamiento, es una zona realmente imposible para ello y además no encuentro ningún parking cercano.
Como llevo bastantes cosas, si no aparco cerca no se como lo voy a hacer.
Dos vueltas alrededor de la manzana y nada, que no hay manera. A la siguiente pasada me detengo un momento delante del portal y la llamo por teléfono.
-Malena, estoy aqui abajo, pero es que no hay manera de aparcar y traigo mucho equipaje. Me ayudas?
-Claro! Espera que bajo ahora mismo.
En apenas dos minutos Malena aparece en el portal y se ofrece a cuidar de mi equipo mientras yo regreso, ya sin carga, a la aventura del aparcamiento.
De regreso, ya en su casa, mientras voy preparando escenario y equipo, ella me ofrece algo de beber. Yo le acepto un té.
He tenido que desplazar algún mueble pero ha sido cosa de muy poco y en seguida tengo todo listo.
Antes de empezar, prefiero sentarme con ella en la mesa del salón a terminar el té mientras charlamos. Ella también se ha apuntado a lo del té
Nos ponemos manos a la obra unos minutos mas tarde. Ella está sentada afrente a mi. Yo también me siento y la observo un momento para comprobar que la luz me gusta. Está todo bien. No me levanto y desde allí mismo empiezo con algunas tomas cercanas, tiene muchos registros y en cada movimiento encuentro una buena foto.
Posa de manera muy desenvuelta aunque me confiesa cierta verguenza a la cámara de fotos.
Me alejo un poco y cojo una toma mas larga. Disparo algunas mas, me quedo sin batería y mientras la cambio ella se apoya sobre la pierna y me observa… me parece un encuadre genial cuando vuelvo a mirarla, el negro del pantalón justo en la esquina y la expresión como de curiosidad? resignación? La verdad, no le pregunto, pero creo que es la foto y… ClicK

Mabel Lozano

Es imposible no recordar a Mabel como actriz, como presentadora de televisión o guapísima modelo, aunque hace tiempo que no la veamos en estos quehaceres. Hace ya unos años que decidió dejar de lado todo esto, ponerse del otro lado de las cámaras y dedicarse de lleno a lo que de verdad le gusta que es dirigir cine;  y últimamente casi de manera exclusiva, dedicada y comprometida con el mundo de la mujer. Su ultimo trabajo (que yo haya visto) es un interesante documental sobre la gestación, autofilmado por sus protagonistas, titulado «Madre»
Nos ha costado un poco encontrar el momento para este retrato porque siendo Mabel una mujer tan activa, resulta complicado robarle unos minutos de su agenda. De hecho viene de una reunión, tiene ahora esta cita conmigo y de aquí creo que aún tiene que correr a otro asunto.
Para este encuentro hemos escogido el céntrico Hotel Wellington de Madrid. Allí Carlos, jefe de comunicación del hotel, nos ha proporcionado un excelente espacio donde poder llevar a cabo la sesión sin problema.
Estoy esperando en el Hall cuando un mensaje suyo me avisa de que ha llegado y está aparcando. Me quedo allí mismo y cinco minutos después el ascensor del parking se abre y aparece ella sonriente.
Atravesando el salon cafeteria del Wellington y tras una puerta que simula perfectamente una estantería repleta de libros, entramos en un elegante salón de reuniones, ahora libre y disponible solo para nosotros.
Yo ya tengo todo preparado desde hace un rato. He llegado antes y como sabía de su prisa hoy, he preferido por si acaso, tenerlo listo para si hacia falta poder empezar en cuanto llegara.
-Tenemos tiempo, Pepe, me dice. Voy bien.
-Perfecto, Mabel, pues nos sentamos un momento y tomamos un café. Te apetece?
-Ok… yo un té.
Charlamos frente al café y al té con pastas. Yo pregunto siempre curioso y ella me va contando. Es una mujer muy activa, emprendedora, llena de energía y muy, muy simpática; contagia entusiasmo cuando te habla de sus proyectos y trabajos.
Me pide unos minutos para unos pequeños retoques frente al espejo antes de empezar. Yo la sigo con el café en la mano y observo; no le importa.
Ya está lista, volvemos al lugar donde está montado el set, para con ella delante, ajustar la iluminación. Es una mujer bastante alta y el fondo que tengo preparado se me queda un poco bajo. No hay problema, ella resuelve agachandose un poco y apoyandose sobre una mesa de época que tenemos delante.
Observo a través de mi objetivo, posa con mucha confianza, disparo varias veces… sonríe leve, sutil, en sus ojos esa chispa, esa energía positiva que la caracteriza, que contagia… Click!

Manuel Galiana

Manuel es uno de esos actores con mayúsculas. Un actor que llena el escenario nada mas pisarlo, uno de los de toda la vida.
Ademas de gran actor es alguien que en la corta distancia transpira confianza, sencillo y paciente, al menos así ha sido conmigo en el tiempo que le he robado antes de la representacion.
He quedado con Manuel en el teatro Muñoz Seca de la madrileña Plaza del Carmen, hora y media antes de que empiece la obra en la que ahora trabaja. Estoy esperándole en el hall del teatro unos minutos antes de la hora acordada, prefiero llegar con tiempo y si es posible echar un primer vistazo al lugar para ubicarme.
El llega apenas unos minutos después. Le veo llamar a través del cristal y yo mismo le abro la puerta.
-Hola Manuel, estaba esperándote, acabo de llegar
-Hola Pepe, como estás? A ver, que tenemos que hacer?
Le explico como vamos a hacer el retrato y pregunto por la mejor opción para montar el set sin molestar ni ser molestados; quizás en el camerino le propongo. Me indica que también podría ser en el mismo escenario, pero que mejor decida yo mismo. El escenario ya lo he visto antes mientras esperaba, asi que vamos a ver como son los camerinos.
Atravesamos juntos el patio de butacas, subimos al escenario y rodeándolo por detrás del decorado entre muebles y atrezzo, llegamos hasta una empinada y estrecha escalera que termina en una puerta metálica por la que accedemos. Allí arriba me presenta a su compañera de reparto, Paca Gabaldon, que también acaba de llegar y por lo que veo, está empezando a maquillarse.
Pensándolo bien, solo el transportar el material hasta aquí me parece muy complicado y ademas el camerino es algo estrecho.
-Manuel, creo que aquí va a ser muy difícil, prefiero montar abajo. En cuanto lo tenga preparado subo y te aviso.
Dicho y hecho, deshago el camino andado hasta aquí y me pongo manos a la obra sobre el escenario. Monto mi pequeño plató procurando mover lo menos posible del mobiliario preparado para la función y en unos minutos estoy listo. Aviso a Manuel para que baje y él no se hace esperar.
Se coloca ante los flashes mientras termino de iluminar. Estamos sobre el mismo escenario donde dentro de una hora dará vida al abogado Sir Wilfrid Roberts en la obra de Agatha Christie «Testigo de Cargo» pero ahora toda su atención está conmigo y con mi objetivo.
Una vez empezamos la sesión no hacen falta muchos disparos porque enseguida me parece ver la foto.
Sencillez, gran presencia y directo a los ojos del espectador, si! creo que lo tengo… Click!!!

David Larible

Me gusta mucho mi profesión. Me apasiona ver un retrato terminado; ya el mismo click del obturador al disparar mi cámara me produce una agradable sensación. Pero si hay algo que por encima de todo me aporta este trabajo, si hay algo que me está haciendo crecer como persona y por que no, como artista, es la oportunidad de conocer y conversar con personas de tantísimo talento. Si, esto es realmente enriquecedor.
David está considerado como el mejor payaso del mundo, pero cuando le preguntas su opinion sobre ello, sonríe y muy tranquilo te dice… no, no existe el mejor payaso.
Gracias a Pere y Maria, del Teatro Circo Price he podido encontrarme con David y preparar esta sesión. Hemos pensado que lo mejor seria hacer esto justo antes de su actuación ya que suele terminar bastante cansado.
Llegando al Price llamo a Maria que ya me está esperando junto al parking para ayudarme a llegar hasta el lugar donde montaremos el set. Me han reservado un camerino cercano al de Larible para ello, me explica por el camino.
Para subir a la planta donde están los camerinos montamos en un ascensor donde coincidimos con David que acaba de llegar. En el pequeño habitáculo hacemos las presentaciones y ya me pregunta que como prefiero fotografiarle. Con el maquillaje de payaso, le contesto.
-OK, Pepe pues mientras vas preparando tu equipo, yo me voy maquillando.
Aun falta una hora para el show, pero no podemos entretenernos o se nos hará tarde, así que manos a la obra.
En quince minutos estoy listo para empezar, Maria avisa a David y éste aparece enseguida ya caracterizado. Corrijo un poco la iluminación con David sentado bajo los flashes y empezamos a trabajar
Nada mas mirar por el visor me doy cuenta de que este va a ser uno de mis retratos favoritos. David transmite algo que no estoy seguro de poder transmitir a la vez con mi fotografía. Hablamos, o mejor dicho, le voy preguntando todo lo que se me ocurre, pero como no hay mucho tiempo quedamos para tomar un café y charlar después de show.
Con mucha tranquilidad David me va regalando expresiones, yo voy pensando lo mucho que me va a costar decidirme solo por una.
Tiene una expresión algo infantil… muy tierna, de payaso, de artista… ClicK

Felix Alvarez (Felisuco)

Felix, Felisuco, como le conocemos popularmente tiene una extensa carrera como humorista y como presentador de televisión, pero en los últimos años está teniendo un gran éxito también como actor de teatro. Actualmente triunfa con «La cena de los idiotas» junto a Josema Yuste y Agustin Jimenez.
Hemos quedado en Silk & Soya, el restaurante de mi amigo Cipri para después de comer realizar nuestra pequeña sesión de fotos. Yo he llegado el primero, aprovecho para sentarme a la mesa, tomar una cerveza y organizarme algunas citas de la agenda antes de que llegue.
Aparece minutos después Felix, disculpándose por algo que es inevitable en Madrid y mas a estas horas, un atasco.
-No pasa nada Felix, vamos a comer tranquilamente y charlamos un rato.
Al terminar el que se disculpa soy yo. Necesito unos minutos para poder ir preparando el set donde haremos las fotos, pero Felix decide venirse conmigo y ver todo el proceso. Ok pues vamos juntos y allí nos tomamos el café.
En estos dias estamos grabando algunas imágenes de los encuentros y sesiones que voy realizando, para montar un nuevo makin-of , y por supuesto antes de empezar con las fotos le pido permiso para grabarlo.
-Claro hombre, no hay problema.
Tenemos todo listo en rincón del la sala de fiestas del Silk, a estas horas la tenemos para nosotros solos, nadie nos molesta ni molestamos a nadie.
Felix se sienta en uno de los pubs que le tengo preparado, delante de un fondo negro. Enciendo un solo flash y pongo un disco de reflexión para levantar un poco las sombras. Me dedica algunos gestos que aprovecho para dispara mi cámara, pero veo uno que me gusta mas. Me parece interesante cuando frunce un poco el ceño y unas arrugas se le dibujan en la frente… CLICK !!

Si quieres puedes… ver el Makin-Of

Raquel Martos

Periodista, humorista, creativa, guionista y curtida en mil batallas radiofónicas antes de llegar (casi de rebote, dice ella) a la tele. Hoy día Raquel es muy popular por ser la megasimpática chica de El Hormiguero, programa de gran éxito en A3 conducido por el genial Pablo Motos.
En estas fechas Raquel acaba de publicar su primera novela “Los besos no se gastan” y aprovechamos la coyuntura para proponerle una cita e incluirla en mi serie de retratos. Encantada accede, ahora solo nos queda buscar el momento.
Después de varias semanas de intentos, por fin hemos conseguido hacer coincidir nuestras agendas y quedamos en recogerla Sole y yo junto al Bernabeu, para comer juntos y así charlar y conocernos un poco mas antes de la sesión de fotos. Siempre que puedo me gusta pasar un tiempo de relax con el personaje, antes de hacer un retrato. Esto me permite observar y crear un clima perfecto que luego suele transmitirse para bien en el resultado fotográfico.
En vista de que la hora a la que quedamos es hora punta, salgo un poco antes para no retrasarme y hacer esperar a Raquel en la calle, pero cuando ya estoy en camino me llama y me dice que va muy justa y necesita media horita mas para terminar sus asuntos. Pongo música y atravesamos Madrid despacio pero sin preocuparnos ya por el inevitable atasco .
Aun así llegamos un poco antes que ella y sentados frente al estadio nos entretenemos viendo como montan un escenario en el exterior para alguna actuación. Me llega entonces un whatsapp de Raquel.
-Ya estoy aquí, Pepe , en la esquina de arriba del estadio
-Ya te veo, mira un poco mas abajo! watsapeo yo también, agitando mi brazo.
Montamos en el coche y nos dirigimos a la Moraleja al restaurante de mi amigo Cipri Quintas, que ya es casi mi segunda casa y desde luego mi cuartel general. Llegamos a unas horas en la que nuestros estómagos mandan, así que sin preámbulos nos sentamos a comer y charlar. Raquel resulta una inagotable fuente de información y en vista de que yo la tiro de la lengua, no para de contarnos anécdotas y un poco su vida sin parar de sonreír. Es encantadora!
Ya en los postres Cipri se acerca y se sienta a tomar café con nosotros, momento que aprovecho yo para dejarles a los tres hablando y mientras ir a montar el equipo y preparar la sesión.
En cuanto lo tengo todo listo, reclamo a Raquel que viene con unos “poquititos de nervios”, me dice. Termino de medir luces con ella y le digo que lo único que quiero que haga es ponerse cómoda, hablar conmigo y dejarse llevar, nada mas. Eso la termina de tranquilizar y empiezo a disparar mi cámara.
Como dije antes Raquel es continuamente una sonrisa, así que no cuesta mucho recoger una como esta…ClicK!