Roy Haynes
Festival de Jazz de Madrid 2011
Teatro Fernan Gomez
Llegué al teatro Fernan Gómez sobre las seis de la tarde, venia de fotografiar a Anoushka Shankar en el circo Price, Roy y su banda estaban ya en la prueba de sonido así que aprovechamos para buscar un hueco donde montar el set de fotografia, y teniendo en cuenta que Mr Haynes tiene 86 años, esto tenia que ser cerca de su camerino.
Conseguimos que nos dejaran el camerino contiguo para montar nuestros bártulos y lo dejamos todo preparado por si después de la prueba nos concedía unos minutillos para el retrato. No hubo suerte!, su Manager nos dijo que deberíamos esperar al final del concierto para poder hacer la fotografia, así que disfrutamos aunque yo bastante cansado, de casí dos horas de buen jazz y al terminar bajamos corriendo para no hacer esperar al maestro. Tampoco hubo suerte!, estaba cansado y nos dijo que teníamos que esperar five minutes. Fueron 30 lo que tardó en cenar algo, y al terminar de nuevo su Manager volvió a recordarle que le estábamos esperando en el camerino de al lado. Entonces le oí decir en ingles «solo si me traéis una cerveza bien fría»; A las doce de la noche!, pero de donde la sacamos?. En vista de esto el bueno de Roy se puso su abrigo, su bufanda y su gorra y abandonó el camerino ante mi atónita mirada. LLevaba 6 horas esperandole y ahora se largaba sin mas.
En el pasillo yo estaba con la Canon que había usado para fotografiar a los músicos y un flash de zapata, no era la Hassel que tenia preparada para inmortalizarle pero esta es mas rápida y algo tenia que hacer. Me dió la mano y me dijo que no iba a hacerme rico con su foto y que lamentaba haberme roto el corazón. Entonces hizo un ademan con la gorra para despedirse y disparé mi Canon 3 veces con un flash rebotado al techo del pasillo, el fondo era perfectamente blanco y el gesto parecia bueno. No miré la foto, desmonté todo el tinglado y me fuí bastante desencantado y muy cansado. Ni siquiera vacié el coche ni saqué la cámara hasta el día siguiente.
Esa noche soñé con la maldita foto, pero cuando al día siguiente descargé la tarjeta me llevé una agradabilísima sorpresa y una gran sonrisa tocó mis orejas. Le había «cazado!!.