Cristina Castaño
Viendola últimamente brillar como la pelirroja psicologa de la serie «La que se avecina» me he atrevido a pedirla que me dedique algo de su tiempo y pose para uno de mis retratos. Cuando la llamo no lo duda y dice que si, a la primera. Que suerte tengo! Bueno algo de ayuda también he tenido ya que un común amigo le había hablado de mi trabajo. Decidimos entonces quedar unos días después en Madrid, por la tarde, cuando termine el rodaje de uno de los capítulos de la serie. La verdad es que después de oír su voz por teléfono y aunque la he visto muchas veces por la tele, tengo bastante curiosidad por verla en carne y hueso y saber como voy a a enfocarla con mi cámara. Pero que impaciente soy!
El lugar en el que nos citamos no es otro que el restaurante «Palacio de Cibeles» que mi amigo Adolfo acaba de abrir en plena plaza de Cibeles justo encima del ayuntamiento. Como suele ser mi costumbre llego con algo de tiempo para echar un vistazo al lugar y si puedo, montar antes de que llegue Cristina, y por supuesto para saludar y charlar un poco con Javier el hijo de Adolfo.
Después de esto, no tardo mucho en decidir donde y monto mi equipo. En unos minutos queda todo preparado, incluso ya con la silla donde la sentaré al empezar la sesión.
Justo entonces un mensajito me entra en el móvil; Cristina, que viene con un poquito de retraso. Decido entonces aprovechar el tiempo para salir a la terraza y disfrutar de las espectaculares vistas que desde esta altura tengo sobre la plaza de Cibeles y allí me quedo embobado varios minutos, no se cuantos pero aprovecho también para subir una fotillo al Twitter de las vistas desde la terraza.
Decido entonces volver a mi escenario para esperar allí a que llegue Cristina y cuando entro… Oh oh! allí está ya, sentada en la silla, en la penumbra, esperandome. Durante unos segundos tengo la impresión de estar viviendo una película clásica de cine negro cuando el detective de turno describe a la protagonista a la que ve sentada en su oscuro despacho por primera vez como… una mujer espectacular de piernas largas melena suelta y sonrisa angelical que viene a pedir ayuda con no se que oscuro asunto. Rapidamente me repongo como todo un profesional y la saludo.
-Hola Cristina, muchas gracias por venir. -De nada Pepe, es un placer dejar que me retrates.
Con todo dispuesto y ella ya en su sitio, no me queda mas que terminar de medir, ajustar un poco la luz y mientras hablamos empezar a dispara mi Hassel.
Necesito poco tiempo para recoger con mi cámara la misma sensación que me ha transmitido nada mas verla, mientras me dedica esa tenue sonrisa, cual estrella de cine negro… CLICK!!