Rebeca Sala
Hoy tengo cita para fotografiar a la actriz Rebeca Sala, aún no tengo el placer de conocerla personalmente, pero a la vista de algunas fotografías que he rebuscado en Google ardo ya en ganas de fotografiarla. Evidentemente mi búsqueda no se ha quedado tan solo en imágenes sino que he aprovechado para repasar trayectoria profesional y visualizar algunas escenas y entrevistas que también he podido encontrar en diversas webs. Todo esto me sirve de mucha ayuda para ir situándome sobre con quién voy a tener el placer de pasar unas horas de trabajo.
Tenemos por delante una mañana sin prisas, no es habitual pero hoy es lo único que tengo en toda la mañana, así pués en cuanto aparece le propongo tomar un café antes de empezar, con el pretexto de que a media mañana me resulta del todo imprescindible sentir el estimulante efecto de un poco de cafeína reactivando mis motores.
En el estudio casi media hora después, mientras preparamos el terreno, Rebeca no para de hablar de manera entusiasta de su trabajo. Es verdad que yo le he dado pié a ello preguntando sobre el tema, pero me encanta cuando alguien demuestra pasión por lo que hace, y mas si es antes de o durante una sesión porque puede ayudarnos bastante a crear el vínculo necesario entre fotógrafo y fotografiado.
He pensado sobre la marcha que trabajaremos este retrato con Rebeca sentada ante un fondo negro que contrastará con su piel blanca, y para ello preparo una mesa que también debo vestir de negro con la tela que utilizo para estos casos, pero… Oh oh, creo que he olvidado traerla. Me doy cuenta en este momento que no solo es la tela sino que en algún lugar de mi estudio se ha quedado una bolsa con esto y alguna otra cosa más. Menos mal que mi amigo Juanjo, propietario de Kanau, el estudio-tienda donde estamos trabajando hoy, resuelve eficazmente, y con su ayuda enseguida conseguimos solventar el percance de mi mala cabeza.
En esta tesitura y ya con todo en orden voy regulando la llegada de la luz al rostro de Rebeca, de manera muy suave. Tiene un cutis fino que puedo llevar casi al blanco puro sin llegar a perder la textura, este es un juego que me encanta. En este caso, solo daré perspectiva al retrato con sombras poco profundas hacia el lado izquierdo de su rostro, contrastando todo hacia el fondo de negro profundo.
Ahora si, ya estamos en plena sesión y durante la misma yo también hablo de mis cosas, y cuando lo hago ella escucha. Está relajada mirando fijamente, no a mí, sino más allá a un espectador que al otro lado de mi cámara está esperando conocerla.