Manuel Galiana
Manuel es uno de esos actores con mayúsculas. Un actor que llena el escenario nada mas pisarlo, uno de los de toda la vida.
Ademas de gran actor es alguien que en la corta distancia transpira confianza, sencillo y paciente, al menos así ha sido conmigo en el tiempo que le he robado antes de la representacion.
He quedado con Manuel en el teatro Muñoz Seca de la madrileña Plaza del Carmen, hora y media antes de que empiece la obra en la que ahora trabaja. Estoy esperándole en el hall del teatro unos minutos antes de la hora acordada, prefiero llegar con tiempo y si es posible echar un primer vistazo al lugar para ubicarme.
El llega apenas unos minutos después. Le veo llamar a través del cristal y yo mismo le abro la puerta.
-Hola Manuel, estaba esperándote, acabo de llegar
-Hola Pepe, como estás? A ver, que tenemos que hacer?
Le explico como vamos a hacer el retrato y pregunto por la mejor opción para montar el set sin molestar ni ser molestados; quizás en el camerino le propongo. Me indica que también podría ser en el mismo escenario, pero que mejor decida yo mismo. El escenario ya lo he visto antes mientras esperaba, asi que vamos a ver como son los camerinos.
Atravesamos juntos el patio de butacas, subimos al escenario y rodeándolo por detrás del decorado entre muebles y atrezzo, llegamos hasta una empinada y estrecha escalera que termina en una puerta metálica por la que accedemos. Allí arriba me presenta a su compañera de reparto, Paca Gabaldon, que también acaba de llegar y por lo que veo, está empezando a maquillarse.
Pensándolo bien, solo el transportar el material hasta aquí me parece muy complicado y ademas el camerino es algo estrecho.
-Manuel, creo que aquí va a ser muy difícil, prefiero montar abajo. En cuanto lo tenga preparado subo y te aviso.
Dicho y hecho, deshago el camino andado hasta aquí y me pongo manos a la obra sobre el escenario. Monto mi pequeño plató procurando mover lo menos posible del mobiliario preparado para la función y en unos minutos estoy listo. Aviso a Manuel para que baje y él no se hace esperar.
Se coloca ante los flashes mientras termino de iluminar. Estamos sobre el mismo escenario donde dentro de una hora dará vida al abogado Sir Wilfrid Roberts en la obra de Agatha Christie «Testigo de Cargo» pero ahora toda su atención está conmigo y con mi objetivo.
Una vez empezamos la sesión no hacen falta muchos disparos porque enseguida me parece ver la foto.
Sencillez, gran presencia y directo a los ojos del espectador, si! creo que lo tengo… Click!!!
Esto último, sin duda!
Buenísmo, Pepe. Una duda, por qué este reatrao lo dejaste a color?? Abrazos.
Ana. Me apetecia, no lo sé. Los ojos azules quizas…
Además aunque me guste mas el b&w asi dejo ver que tambien me manejo con el color, no?