Javier Krahe

Cantautor de referencia para muchos dentro y fuera de la profesión. Poeta, irreverente y mordaz. De aspecto quijotesco, aunque poco dado a las fatigas caballerescas ya que según él mismo dice, prefiere emplear sus energías en vivir sin trabajar.
Voy repasando en el coche, alguna de sus canciones mientras me dirijo a la cita con él. Llegando al portal empiezo el reconocimiento y búsqueda de aparcamiento, a poder ser, no lejano donde dejar el coche y transportar luego el equipo sin demasiado sufrimiento; es un dia de calor.
En la segunda vuelta encuentro sitio al lado del portal, muy justo, y delimitado por pivotes de hierro de esos que no puedes ver mientras aparcas. Dejo la huella fehaciente en el lateral de la puerta del copiloto y procedo a descargar el equipo, maldiciendo.
Me recibe en su casa sentado frente a una estantería llena de libros, películas y un televisor, donde está repasando una escena de una antigua película en blanco y negro, que ahora soy incapaz de recordar aunque durante unos minutos conversamos sobre ella.
En el salón, los muebles están ajustados al espacio, por lo que me resulta imposible encontrar un sitio donde montar sin tener que descolocarlos un poco. Le pido permiso para mover lo necesario y ponerme a trabajar.
-Claro Pepe, mueve lo que necesites
No tardo mucho en estar listo, mientras hablamos de cine y música. Antes de empezar con la sesión me enseña también un retrato en blanco y negro, de gran formato, que otro fotógrafo le hiciera hace ya tiempo.
Se sienta frente a mi y enciende un pequeño cigarro puro que me da cierta envidia. Me aguanto, ajusto la luz y empezamos la sesión.
Disparo despacio, dejando tiempo entre disparo y disparo y hablo con él en los intervalos. No posa sino que me observa y analiza aunque no me lo diga, o al menos esa es la sensación que percibo.
A traves del visor conectamos las miradas y veo al Krahe que quiero retratar. ClicK!!

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