Cristina Abad

A Cristina Abad aparte de verla en su papel como Paula en la exitosa serie “Servir y proteger”, en persona aún no la conozco, por eso el dia anterior procuro leer algo mas de lo que ya sé sobre ella, y para mi sorpresa veo que recientemente también ha trabajado bajo la dirección de mi amigo Manuel Velasco y mi admirada Concha Velasco. Si ellos han confiado en esta joven actriz, por algo será y por ello seguro que merece mucho la pena este encuentro.
Estoy esperando a Cristina en un despacho de la agencia donde hemos quedado hoy, esperando y preparando un poco el escenario a falta solo de verla en persona, para terminar de decidir la luz, cuando otra Cristina, amiga y directora de esta agencia de prensa me avisa de que ya ha llegado, así que salgo al pasillo a conocerla. 
Algo en lo que me fijo enseguida sin poder evitarlo es en las miradas de las personas con las que hablo, sobre todo si tengo que fotografiarlas después, y la de Cristina me llama mucho la atención por la seguridad que parece desprender. La presentacion es breve y enseguida desaparece por el pasillo.
Los minutos que dedica a maquillaje y cambio de ropa yo me quedo terminando de preparar la luz del estudio. No necesito mucho, creo que tan solo una luz suave y el fondo negro que la envuelva en un ambiente íntimo es suficiente, y mientras lo hago no puedo quitarme de la cabeza que es esa forma de mirar la que debe salir de esta sesión. Ya me ha pasado en otras muchas ocasiones, y siempre ha sido para bien, aunque antes de empezar, nunca se sabe. Termino pronto y mientras espero contesto algunos mensajes desde el móvil.
Ahora si, ya estamos trabajando, mientras hago los primeros disparos posa con mucha soltura y con una sonrisa muy fotogénica que también he visto en muchas de sus fotografías. No le cuesta ningún trabajo estar delante de una cámara, y eso que apenas hemos tenido tiempo de romper el hielo antes.
Estoy escuchando como habla y contesta siempre sonriente a cualquier pregunta que le hago sobre esto o aquello pero sigo esperando esa mirada que ya me ha dejado ver antes de empezar. 
Intento cambiar el rumbo sutilmente de la conversación hacia algo diferente, y funciona cuando Cristina aparece entre firme e interrogante a la vez que muy femenina al tiempo que el gesto con sus brazos rompe el negro dominante y enmarca y acentúa todo el resultado.
Me gusta lo que veo y disparo dos o tres veces mas porque sé que tiene que ser esa y no otra.