Andrés Aberasturi
Tengo buenos amigos en el mundillo periodístico y creo que todos coinciden en que Andrés es un tipo que cae bien, entrañable dicen los que mejor le conocen. Desde hace años le admiro como periodista y siempre he querido conocerle y fotografiarle, pero en ningún momento he tenido ocasión de encontrarme con él. Al final, la vida me pone delante de cada cosa en el momento preciso, y de nuevo caigo en la cuenta de que las mejores cosas suceden cuando deben hacerlo y no cuando nosotros queremos.
Hemos quedado en tomar un café juntos para ponernos frente a frente y conocernos antes de la sesión. Aunque a mi me gustaría no hay mas tiempo, ya que estos días acaba de publicar un libro por el que está en plena promoción y cuya temática le toca fibra de manera muy personal. En «Cómo explicarte el mundo, Cris» se dirige a su hijo quien desde su nacimiento padece una parálisis cerebral. No puedo evitar interesarme por este tema y de primera mano conozco el esfuerzo y cariño, el sufrimiento y desgaste emocional que esto puede llegar a producir a lo largo de toda una vida de amor e incomunicación entre padre e hijo, mientras me lo cuenta tranquilo y con cierta tristeza en el fondo del tono de su voz.
En estos primeros minutos de cruce de palabras, al tiempo que voy preparando el equipo y el pequeño escenario donde vamos a trabajar, me doy cuenta de que en efecto Andrés es una buena persona, tal y como me sugerían las referencias que de él tenia, se nota en el tono de su voz (aunque a él no le gusta) y en la mirada directa y alegre, salvo en algunos momentos en que inconscientemente la baja y esconde como quien quisiera resguardarse de algo. Intuyo por la conversación que estoy delante de alguien con una vida interior muy rica, y por deformación profesional pienso que en los minutos siguientes debo sacarle partido fotográfico a ello. Un buen retrato tiene que conseguir que el espectador quiera leer lo que trasciende por detrás de la imagen plasmada en el papel y hacerle pensar sobre la persona allí atrapada en ese corto instante. Estoy seguro de que este va a ser uno de esos… buenos retratos
Estamos ya trabajando, frente a la cámara, Andrés actúa de manera muy natural y sin complejos, esperando con paciencia cada uno de mis clicks que ademas siempre se hacen esperar entre uno y otro. Me gusta ahora este momento en el que con la mirada me cuenta toda la verdad de una vida tenaz, pero a su vez parece querer protegerse de algo y eso le hace vulnerable y humano.
Pepe! Quiero aprender más de ti!,,
Será un placer!!
En mi calendario de workshops puedes ver las fechas de los proximos talleres. Un abrazo
Como siempre me encanta tu trabajo, gracias por comaprtirlo.
Muchas gracias, Jesus.
Muchas gracias Jesus