Lluis Homar

Su rostro recuerda en cierto modo a los galanes del cine clásico americano. Su tono de voz amable y su forma de modular, es uno de los que mas me convencen cuando interpreta a quien sea el personaje que le toque. Para mi desde hace tiempo, un actor de referencia al que creo que el tiempo acabará convirtiéndole en uno de nuestros actores de culto. También un grato descubrimiento a nivel personal, excelente interlocutor y muy grata compañía.
Tengo que recogerle junto al metro de Tribunal, en el madrileño barrio de Chamberí, a ultima hora de la mañana. Desde allí nos vamos juntos a comer, para dedicar un tiempo a conocernos antes de la pactada sesión fotográfica.
Comemos, charlamos y congeniamos durante un par de horas. Tiempo mas que necesario para descubrir un poco mas del carisma y sensibilidad de este hombre, que me engancha y embelesa mientras habla. Me cuenta entre otras cosas, que quizás hoy no es su mejor día para una sesión de fotos, aunque muy atento conmigo, parece que algunos problemas personales le mantienen con la cabeza ocupada. Yo le agradezco la atención y el tiempo que me dedica, pero le aviso de que eso que me señala, en un buen retrato, aparece.
Lo sé, los he visto y me arriesgo Pepe, me contesta sonriente.
Durante todo este tiempo de conversación he estado pensando en como iluminar esa cara tan expresiva, tan cinematográfica. Decido utilizar una clásica iluminacion Paramounth o de mariposa, la misma que se solía utilizar en los retratos de las estrellas del cine de aquellos famosos estudios, de la que toma el nombre y que da mucho carácter al retrato. Sé que es una iluminación un tanto delicada, pero creo que me lo pide la ocasión.
Despues de comer necesito unos minutos para montar el escenario e iluminar, en un apartado del mismo restaurante, Lluis me acompaña durante el proceso, cuando lo tengo todo listo se sienta frente a mi y mira hacia el objetivo. Disparo mi cámara unas cuantas veces y al principio siento que me cuesta un poco llegar a donde yo quiero. Mientras seguimos conversando disparo unas cuantas veces mas, buscando la intensidad y la complicidad de su mirada. Veo como me mira y me parece notar que aunque está conmigo, también sigue algo absorto en sus pensamientos.
Un retrato es un pedacito de la realidad y de las emociones de una persona, congeladas en el instante que dura un Click!!

Soledad Mallol

Estoy sentado frente al ordenador, escuchando un poco de jazz y pensando en que publicar hoy. Veo entre otras, la fotografía de Soledad al tiempo que hago memoria. Debe hacer… un par de meses, creo, que le hice este retrato, pero lo recuerdo perfectamente.
Antes de decidir nada, le mando un mensajito para avisarle de que voy a publicarlo y preguntar si está conforme
-Soledad, me gustaría publicar tu retrato esta semana en mi blog. Puedo?
-Yes, you can, me contesta por whatsapp.

Hemos quedado en Madrid, en el restaurante de mi amigo Cipri, para hacer esta sesión, y aprovechar al terminar, para cenar allí juntos. Normalmente suelo hacerlo al revés, pero por circunstancias no ha podido ser y desde luego no quiero renunciar a compartir una velada con esta gran artista.
He llegado con tiempo suficiente como para preparar, en un apartado, el pequeño set que utilizaré para la sesión y cuando ella llegue poder dedicar unos minutos a charlar  y explicarle brevemente como vamos a trabajar, y lo fácil que le va a resultar. Llega puntual, yo estoy casi listo pero aun me queda por montar un flash.
Mientras espera a que yo termine, le invito a que se siente en una mesita que tengo justo al lado y  pida algo fresco. Termino enseguida y me siento con ella apuntandome al refrigerio. Yo una tónica, que tengo que estar fino con la cámara.
Le he preparado un asiento frente a mi, en una posición un poco mas alta que la silla desde donde yo voy a trabajar y una iluminación muy suave, con poco contraste.
Cuando por fin decidimos ponernos manos a la obra, se sienta en el taburete y yo termino de ajustar la luz . Empiezo a disparar mientras ella con mucha soltura me dedica algunos simpáticos gestos.
No soy fotógrafo de largas sesiones. Aunque he leído que algunos de los grandes maestros de este género que mas admiro dedicaban horas para conseguir lo que buscaban, yo prefiero trabajar lento no disparar mucho, y no cansar a mi modelo. Me funciona bien así y consigo buenos resultados.
Seguimos con nuestra conversación mientras disparo mi cámara de vez en cuando. Durante un momento parece que me ofrece toda su simpatía en un gesto que no puedo desperdiciar… ClicK!
Ahora si, ahora a cenar y relajarnos.

Soledad-Mallol_foto-pepe-castro

Malena Alterio

Desde el salto que la llevo al reconocimiento masivo en Aqui no hay quien viva, creo que no ha parado de aparecer en películas, series y programas de televisión. Es una gran actriz y una mujer que cae simpática nada mas verla, o por lo menos a mi siempre me lo ha parecido. Tengo ganas de conocerla personalmente, sobre todo porque hemos gestionado este encuentro durante tanto tiempo, que ya no veo la hora de tenerla delante de mi objetivo. (Gracias Majós)
He quedado con Malena en su casa, en un céntrico barrio madrileño. Según voy acercándome al portal voy temiendome lo peor en cuanto al aparcamiento, es una zona realmente imposible para ello y además no encuentro ningún parking cercano.
Como llevo bastantes cosas, si no aparco cerca no se como lo voy a hacer.
Dos vueltas alrededor de la manzana y nada, que no hay manera. A la siguiente pasada me detengo un momento delante del portal y la llamo por teléfono.
-Malena, estoy aqui abajo, pero es que no hay manera de aparcar y traigo mucho equipaje. Me ayudas?
-Claro! Espera que bajo ahora mismo.
En apenas dos minutos Malena aparece en el portal y se ofrece a cuidar de mi equipo mientras yo regreso, ya sin carga, a la aventura del aparcamiento.
De regreso, ya en su casa, mientras voy preparando escenario y equipo, ella me ofrece algo de beber. Yo le acepto un té.
He tenido que desplazar algún mueble pero ha sido cosa de muy poco y en seguida tengo todo listo.
Antes de empezar, prefiero sentarme con ella en la mesa del salón a terminar el té mientras charlamos. Ella también se ha apuntado a lo del té
Nos ponemos manos a la obra unos minutos mas tarde. Ella está sentada afrente a mi. Yo también me siento y la observo un momento para comprobar que la luz me gusta. Está todo bien. No me levanto y desde allí mismo empiezo con algunas tomas cercanas, tiene muchos registros y en cada movimiento encuentro una buena foto.
Posa de manera muy desenvuelta aunque me confiesa cierta verguenza a la cámara de fotos.
Me alejo un poco y cojo una toma mas larga. Disparo algunas mas, me quedo sin batería y mientras la cambio ella se apoya sobre la pierna y me observa… me parece un encuadre genial cuando vuelvo a mirarla, el negro del pantalón justo en la esquina y la expresión como de curiosidad? resignación? La verdad, no le pregunto, pero creo que es la foto y… ClicK