Enrique Villen

Cuando hablamos de cine en España, nos vienen a la mente un sinfín de nombres de actores, actrices y directores y a los que seguramente recordamos en una u otra escena que ha quedado impregnada en nuestra retina.
Hay algunos actores como Enrique que siempre están ahí, en muchas, muchas de esas escenas pero siempre en papeles secundarios y de los que quizás  luego no nos acordamos tan a menudo. Enrique es actor secundario y así se confiesa. Secundario si, pero de lujo creo yo.
He conocido a Enrique a través de mi amigo Diego Fortea que visita esta semana Madrid y aprovechando la amistad común va a acompañarme y a hacerme de ayudante para este retrato.
He quedado con ambos en un barrio céntrico de Madrid por la mañana; primero con Diego y luego juntos subiremos a nuestra cita con Enrique.
Llego con mi coche y lo primero que hago es buscar un parking próximo para no tener que andar mucho cargado, pero oh! oh! mientras paso por la puerta veo un sitio libre  justo delante. Esto ya me lo tomo como un buen presagio.
Mientras aparco ya veo a Diego esperándome que viene a recibirme y por supuesto a acarrear con parte de los trastos que utilizaremos en nuestra pequeña sesión fotográfica. Estamos en esta tesitura cuando en la misma puerta para otro coche y aparece Enrique.
Nos saludamos todos y enseguida nos explica que donde haremos la foto no es su casa como nosotros pensábamos sino la casa-estudio de un artista amigo suyo.
-Voy subiendo y os espero allí, muchachos.
-OK. Enrique cargamos todo y subimos enseguida.
Cuando llegamos nos espera en la puerta un tipo muy sonriente y con un innegable aire picasiano. Es Javier Crespo, el amigo de Enrique y por lo que podemos ver durante los minutos que preceden a nuestra sesión, un magnifico y multidisciplinar artista madrileño. Javier nos deja su estudio para trabajar y nos muestra al tiempo algunas de sus magnificas obras. Me parece un tipo muy interesante, voy a necesitar una tarde con café y tertulia para hablar con él largo y tendido.
Vamos montando el escenario moviendo algunos elementos del estudio con la ayuda de Diego y Javier, mientras Enrique nos espera en la terraza del estudio con unas vistas privilegiadas sobre Madrid.
Bajo persianas acomodo mis flashes, mido y llamo a Enrique. Se sienta y como acostumbro, empiezo a hablar un rato con él llevandole a un terreno donde se encuentre cómodo aunque casi no lo necesito «es actor» sabe comportarse delante de una cámara. Le marco unas pequeñas pautas y voy disparando buscando «la toma»
Después de una de mis preguntas, busca una respuesta en algun lugar de su mente o del estudio y es entonces cuando… Click!!!

Enrique-Urbizu_foto-pepe-castro

Enrique Urbizu

Sentado en mi estudio, 9:30 de la noche, repaso los últimos retratos y pienso sobre cual es el que publicaré mañana mientras suenan en mi Mac algunas antiguas versiones clásicas de jazz de los años 20. Me cuesta decidirme, me gustan 4 o 5 retratos que transmiten bastante fuerza. Creo que por fin la música que me recuerda el cine negro de la época me ayuda y me hace decidirme por Urbizu.
Enrique Urbizu, es un director del que profesionalmente no voy a decir nada que no sepais ya. Pero si puedo decir que en lo personal, es un tipo agradable y de fácil trato, y que por lo menos conmigo ha sido bastante paciente y condescendiente ya que me ha permitido trastocarle la agenda dos veces seguidas en poco tiempo.
La semana anterior ya habíamos convocado esta misma cita, aunque en distinto lugar, pero debido a un despiste mío, a la hora de ponernos a trabajar y con todo ya montado me doy cuenta de que no he traído el disparador. Ese imprescindible aparatito sin el cual no es posible hacer saltar el flash, con que darle el toque preciso a la fotografía.
-No te preocupes Pepe, me dice al comprobar mi desolación, la próxima semana lo hacemos.
En esta nueva ocasión hemos quedado en su oficina en el centro de Madrid, por la tarde. Cuando llego, dejo el coche en un parking a pocos metros y cargado me dirijo a mi destino; llevo un día bastante ajetreado y voy ya algo cansado. Pienso en ello mientras avanzo con la mochila a cuestas cuando pocos metros antes de llegar me despista un aroma a café exprés que sale de un bonito local a mi derecha y que  me desvía de la trayectoria durante los 5 minutos que me dura un cortado.
Aviso desde el portero automático y subo hasta un 1º piso sin ascensor donde con la puerta abierta un sonriente Enrique me invita a pasar.
Al entrar y tras el saludo pertinente entre ambos, otro aroma vuelve a capturar mi atención. Esta vez es el humo de un cigarro puro de pequeñas dimensiones, que Enrique disfruta tranquilo entre las cuatro paredes de esta primera habitación adornada toda con carteles de cine. No puedo resistirme  y le pido también uno para mi.
-Que bien huele Enrique, me invitas a un purito?
-ja ja. Claro Pepe, toma uno hombre.
Ahora si! Ahora estoy en condiciones de ponerme con el retrato y lo que haga falta.
Mientras preparo el equipo voy pensando en la última y galardonada película de Urbizu, «No habrá paz para los malvados»  La he visto recientemente y todavía da coletazos en mi cerebro alguna de las escenas del corrupto policía al que da vida Jose Coronado, para mi gusto, magistralmente. Charlamos sobre ello y los dos coincidimos en que Coronado está sublime en el papel, que por otra parte, me dice Enrique, está escrito para él.
Con todo listo, Enrique se sienta frente a mi para poder yo terminar de ajustar la iluminación, quiero envolverle con un toque de misterio que recuerde en cierta manera al cine negro que tanto me gusta.
-No quiero nada mas que me mires Enrique, nada mas, le digo.
El me obedece fielmente y posa sin forzar ningún gesto, disparo unas cuantas veces, no muchas.. y …CLICK!!!

 

-Makin-of

Juanjo Puigcorbé

Juanjo Puigcorbé no necesita presentación, ya que creo que debe ser uno de los actores españoles mas prolíficos de los últimos 20 años.
Le conocí en la presentación en Madrid de la película «La chispa de la vida» de Alex de la Iglesia. Recuerdo que hablamos unos minutos en el hotel donde actores y director asistían a un cocktail privado, mientras esperaban para hacer la aparición estelar delante los medios antes del pase. Durante ese trajín conseguí acordar con él, que próximamente quedaríamos para someterle a una de mis sesiones de fotos. Por unas cosas y otras, ha tenido que pasar casi un año antes de que podamos volver a encontrarnos, pero por fin lo hacemos hoy.
Hemos quedado junto al estadio Santiago Bernabéu y allí le recojo para juntos en mi coche ir hasta el restaurante, donde comeremos y nos relajaremos un poco antes de dedicarnos a las fotos.
El camino se nos hace corto porque yo siempre curioso tengo mil cosas que preguntarle y el otras tantas que contar. Así hablando de todo un poco llegamos hasta el parking, descargo y entre los dos subimos el equipo en un momento. «Hoy ayudante de lujo», me dice con sorna uno de los camareros al ver a Juanjo con algunos trastos.
Durante la comida me ha dado tiempo a estudiar un poco sus gestos y me llama la atención uno muy simpático y que me parece muy característico suyo. Son unas pequeñas arruguitas que aparecen cuando esboza una sonrisa. Seguro que haré mas fotos pero voy a intentar pillarle en este.
Como siempre, y tras la excelente comida, me excuso durante unos minutos para poder irme a preparar el escenario. Le dejo bien acompañado con mi amigo Cipri.
-Chicos, voy a prepararme y en cuanto lo tenga listo te aviso juanjo.
-OK Pepe, aqui te espero
No hace falta que le avise ya que antes de terminar de montar aparece por allí.
Enseguida termino y le coloco frente a mi, delante de los flashes, mido por ultima vez y empiezo a disparar mi Hassel.  Mientras le sigo preguntando  algunas cosas para mantenerle siempre con la mente fuera de la pequeña e inevitable tensión que produce que te acribillen con una cámara.
Después de algunas tomas, aparece esa sonrisa burlona que… no puedo desaprovechar… CLICK !!

 

Monica Aragon

Siempre he dicho que el artista nace y a lo largo de su vida se hace. Cuando alguien nace en el seno de una familia de artistas es muy posible que ese gen revolucionario quede ya implantado en su carácter, y si ademas es una familia donde el arte es el de hacer feliz a la gente, también posiblemente esto quede marcado de alguna manera. Digo esto porque la artista que hoy retrato pertenece a una de las familias mas entrañables para el publico español de cierta edad, la familia Aragón. Hace relativamente poco tuve la oportunidad de retratar a su padre, Fofito que ya me habló lógicamente muy bien de ella y mira tu por donde ahora, y por otro cauce distinto, he conocido a Mónica, le he propuesto que posara para mi y sin un momento de duda me ha respondido «por supuesto”, Pepe
Ya sabéis que mi formula para conseguir un buen retrato es, siempre que puedo, y no siempre es posible, compartir un tiempo con mi modelo, ya sea con un café y una tertulia o bien delante de una mesa a la hora de comer. Esto siempre me ha funcionado, me ayuda a observar, a descubrir y a hacer amistad con el personaje, relajando sobremanera la posterior sesión de fotos.
He quedado con Mónica para comer en mi cuartel general «Silk&Soya» en Alcobendas y ya llego tarde, por unos minutos, pero tarde. Tengo que decir que soy un tipo muy puntual pero en mis tres ultimas citas estoy quedando regular. Cuando llego, Mónica está  jugeteando con el móvil sentada en un sofá de la entrada, rápidamente me disculpo, ella se sonríe y antes de darme dos besos me dice «no pasa nada hombre». Enseguida me transmite confianza y tranquilidad, que simpática parece,  pienso.
Durante la comida descubro a uno de las personas mas majas que he tenido la suerte de conocer últimamente. Enseguida congeniamos, la veo sonreír, disfrutar con la comida y nos tratamos como si nos conociéramos de hace tiempo.
Hemos terminado y pasamos a otra sala donde tengo mi pequeño plató aun sin montar, pero que preparo en pocos minutos mientras ella me observa curiosa sentada en un taburete.
Tengo todo listo, Mónica se sienta delante de mi a la luz de los flashes, me mira, sonríe, disparo varias veces, paramos, la observo charlamos, sigo disparando, cambia de actitud y ahora es ella la que me observa… ClicK!

.

Pepe Bono

Hace aproximadamente un par de años, una tarde de domingo recibí la llamada de teléfono de un amigo. Después de saludarme brevemente y y preguntarme por la familia me dice, Pepe, espera un momento que te voy a pasar con alguien que quiere saludarte.
-Pepe! Soy Pepe Bono, y escucho la inconfundible voz del por entonces presidente del congreso. Quería felicitarme por el retrato que había hecho al común amigo y que acababa de ver colgado de una de las paredes de su despacho. Me comenta que él también iba a necesitar un buen retrato y entonces acordamos una cita para que pasara a formar parte de mi galería de retratados. Ahora dos años después la editorial Planeta edita la primera parte de sus memorias y este retrato pasa a ser elegido por editorial y autor para conformar la portada.
Aproximadamente un par de semanas después de aquella conversación telefónica, el día que habíamos fijado, llegan a mi estudio a la hora prevista Pepe Bono y su inseparable jefe de prensa y amigo Jose Luis Fernandez Peña, conocido por todos como Chunda. Es una mañana fría y yo tengo preparado café caliente que no me rechaza ninguno de los dos. Pasamos unos minutos de charla y café hasta que les sugiero que empecemos a trabajar para no retrasar mucho la agenda del presidente. Chunda se queda sentado en el salón hojeando mis libros de fotografía y nosotros pasamos al estudio donde ya lo tengo todo preparado.
Le coloco delante de los flashes, mido y ajusto la luz y disparo algunas fotos de medio cuerpo. Antes ya me había dicho que pensaba en una foto de esas características y en plan desenfadado. Después de unos cuantos disparos y cuando estoy seguro de que tengo la foto, no dejo pasar la ocasión de acercarme y buscar lo que realmente me interesa, un retrato intenso del personaje que tengo delante hoy en el estudio.
Está de pié, tiene justo a su lado uno de mis trípodes, le sugiero que lo aproveche para apoyarse y es entonces cuando… Click!!