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Fofito

Ya voy teniendo unos añitos. Soy  consciente de ello por varias razones que no vienen al caso, pero desde luego una de ellas es porque muchos de  los recuerdos de mi infancia suelen ser en blanco y negro, como mis retratos. Entre otros tengo unos gratos recuerdos de las tardes que pasaba sentado en el suelo del salon en casa de mis padres, esperando a que empezara mi programa favorito. -Como están ustedeeees? empezaba, y en casa mis hermanos y yo gritábamos, bieeeeen. Eran los Payasos de la tele, simpáticos, divertidos y tan educados que a todos los niños nos llamaban de usted. Gabi, Fofó, Miliki, Milikito, Fofito…
Por aquel entonces no podia ni pensar que unos años después iba a poder fotografiar y compartir un rato con uno de ellos en persona, pero la vida dá muchas vueltas y mira por donde ahora estoy delante de Fofito con mi cámara y dispuesto a retratarle.
Unos minutos antes he llegado a su casa cargado como siempre que voy a estos quehaceres, pero cargado tambien de emoción y ganas de ponerme a a trabajar cuanto antes. Fofito, que aunque se llama Alfonso, no atiende si no le llamas por su nombre de payaso, me ha recibido en la puerta acompañado de 2 perrillos que juguetean y se le enredan entre la piernas. Amablemente me ayuda a llevar las cosas hasta dentro y allí me presenta a su mujer Mañi que cariñosamente nos saluda y atiende en la medida que le deja una pierna de la que convalece de una reciente intervención.
-Pepe, ponte donde quieras, dice Fofito. Yo mientras sigo preparando la maleta (mañana sale de gira) y me visto de payaso enseguida
-OK, voy montando aquí mismo junto a esta pared. Dame 15 minutitos
Termino de montar y medir antes de que Fofito regrese, y mientras, Mañi me ofrece un refresco. Hace mucho calor este mes agosto le digo, y acepto encantado ese refresco.
Fofito aparece ya vestido, maquillado, y cargado con varios artilugios que podemos usar, me dice, para la sesión. Un pequeño acordeón, un saxofón enano y un circo de juguete precioso que le regaló alguien y ahora no me acuerdo.
Se coloca en una silla delante del fondo negro y yo disparo mi cámara mientras le cuento lo bién que me lo pasaba de pequeño con los payasos de la tele. El a su vez me cuenta cosas de su carrera y su inminente partida. No para de trabajar  y eso en los tiempos que corren quiere decir que lo que hace lo hace muy bien.
Utilizamos el saxofón y el acordeón, usamos también el circo del que que me resulta una foto preciosa, pero es después de un rato cuando no tiene nada en las manos, se apoya en su mano izquierda y me dedica una de estas miradas de payaso triste que tanto me gustan.
Ya la tengo… ClicK!!

5 comentarios
  1. roberto
    roberto Dice:

    pepe. me conmueve este retrato. algo triste, cansado pero humano, un hombre, un laburante, un gran payaso. Fofito, tambien lo veia en blanco y negro, en mi tele 20″ alla por la decada del 70 en buenos aires.

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