Carlos Sobera

Todos interpretamos a diario un personaje. Es algo muy sutil, algo que nos sale de manera natural cuando nos preguntan, cuando nos observan e incluso cuando nosotros mismos nos miramos frente a un espejo. Si! nos miramos y nos acomodamos para vernos… como nos gusta vernos, es nuestro personaje.
Pues bien; como siempre la excepción confirma la regla y ya he conocido algunas honrosas excepciones, como es el caso. Toda esa simpatía, todos esos gestos, toda esa espontaneidad que vemos en Carlos cuando está realizando su trabajo delante de las cámaras, no forman parte de un personaje previamente estudiado. No, ese es Carlos Sobera, tal cual.
Hemos tenido la oportunidad de comer juntos en Palé, el restaurante de nuestro común y buen amigo Cipri para relajarnos y conocernos antes de ponernos con las fotos y me ha hecho falta muy poco tiempo para darme cuenta de que iba a resultar una sesión fotográfica muy interesante.
En un apartado del restaurante después de comer, Rafa, mi ayudante, ha preparado el plató para que podamos liarnos cuanto antes. Asi que poco después de terminarnos un café nos trasladamos de sala.
Tengo a Carlos de pié delante de mi mientras termino de ajustar y medir la luz. Durante la comida hemos mantenido una conversación en la que me hablaba entre otras cosas de un inminente viaje por Sudamérica, y ahora retomo el asunto, ya que me habla de tomar cientos de fotografías para documentarlo, y eso me interesa mucho.
Mientras seguimos con la charla, empiezo a hacer alguna toma. Carlos me dedica su atención  y alguno de sus característicos y televisivos gestos. Me gusta cuando frunce el ceño de manera simpática por algo que le he dicho y es entonces cuando… ClicK!!

 

 

 

-Makin-of